Las lavadoras y secadoras del Hospital Can Misse están en Mallorca. El centro sanitario ibicenco no lava allí ni una sábana. Tampoco las toallas. Ni las batas de los pacientes. Ni siquiera los pijamas que el personal de quirófano arroja, al concluir su jornada, a unos contenedores en los que se lee "sucio". Todo eso se lava en Mallorca, en la lavandería industrial específica para el sector sanitario que la empresa Melchor Mascaró tiene en el Polígono de Son Castelló en Palma, según confirmó ayer la gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera.

Cada día, un camión de esta empresa se monta en uno de los barcos que viajan rumbo a Ibiza, donde desembarca para recoger, en el hospital, toda esa ropa sucia, que carga y lleva a Mallorca. Allí se lava para, al día siguiente, cargar de nuevo el camión con las prendas ya limpias y traerlas, vía marítima, de vuelta al hospital. "Es un servicio que se hace diariamente", destaca un portavoz de la gerencia del Área de Salud Pitiusa, que detalla que se trata de uno de los servicios gestionados por la concesionaria del hospital, Gran Hospital Can Misses, que, a su vez, ha subcontratado.

Este trasiego de ropa hospitalaria se produce desde el pasado mes de marzo, cuando la empresa llegó a un acuerdo con Melchor Mascaró. En los últimos años, explican desde Can Misses, la concesionaria había subcontratado el servicio de lavandería con varias empresas de la isla, de manera que la ropa, aunque no se lavaba en el hospital, no salía de la isla.

La vieja lavandería

Can Misses cuenta con una lavandería, la del viejo edificio, que era la que se había utilizado desde que se abrió el hospital. Sin embargo, al poner en marcha las nuevas instalaciones, la concesionaria optó por no utilizarla y subcontratar el servicio. Ahora, sin embargo, es uno de los que Gran Hospital Can Misses, junto con la cocina, ha decidido asumir, según ha anunciado a la gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera.

Un portavoz del hospital ibicenco detalla que precisamente para eso han comenzado hace algunas semanas las obras de reforma de la vieja lavandería. La concesionaria ha adquirido ya toda la maquinaria, que está previsto instalar en el espacio, ubicado en el sótano del viejo hospital, cuando sea posible.

Está previsto que las obras, que tendrán una duración aproximada de tres meses y que incluyen también la reforma de los vestuarios, estén acabadas a finales de marzo de 2019. Éstas han afectado al aparcamiento de personal, donde se anularon doce plazas para poder hacer el acopio de material y la retirada de residuos. También a la lencería, el lugar donde se depositaba la ropa sucia y se entregaba la limpia, que en estos momentos se ubica, de forma provisional, en dos espacios: la zona de limpio en la antigua sala de Rehabilitación y la zona de sucio en una sala de Residuos que se estaba empleando como almacén.

"Este sistema garantiza el correcto funcionamiento de la lencería provisional durante el transcurso de las obras, en opinión de la concesionaria, ya que asegurará dos circuitos de sucio y limpio respondiendo a los protocolos y organización de la lencería actual", indica la gerencia del Área de Salud Pitiusa.

En esta lencería provisional es donde los camiones recién desembarcados recogen la ropa sucia y entregan la que se ha lavado en Mallorca. Algunos de quienes han visto estos camiones aseguran que se trata de vehículos refrigerados. Sí, pero no. Desde la gerencia matizan que, efectivamente, se trata de camiones refrigerados, pero que no se utilizan como tal. "Se emplean estos porque son los que mejor se ajustan, por capacidad, a la cantidad de prendas que hay que trasladar", insisten