Los secretarios generales de UGT y de CC OO en Balears, Alejandro Texías y José Luis García respectivamente, han advertido del notable incremento de los casos de acoso laboral que los trabajadores de las islas denuncian ante sus sindicatos, y que en gran medida se achacan a la exigencia por parte de las empresas de "unos objetivos imposibles de cumplir". Según el segundo, la situación está alcanzando unas proporciones tales que supone el retorno a la "etapa medieval", de ahí que se plantee la necesidad de que la Inspección de Trabajo intervenga en esta materia y de fijar unos protocolos en las empresas para hacer frente a estas situaciones.
Desde estas organizaciones se señala que se trata de un aumento de la presión en "cascada" hacia los empleados. Muchos propietarios fijan a los cargos intermedios unos objetivos de cumplimiento extraordinariamente difíciles con los medios de que se disponen, que éstos trasladan a las plantillas, y que en muchas ocasiones derivan en amenazas, tratos vejatorios e insultos.
Un aspecto que se lamenta es que esos cargos intermedios, "que también son trabajadores", actúen de esa forma sobre otras personas que son igualmente asalariadas.
Este tipo de situaciones eran comunicadas por los trabajadores a los sindicatos de forma esporádica en el pasado, pero se subraya que se están convirtiendo en extraordinariamente frecuentes, con el problema que supone el poder demostrarlas cuando en muchas ocasiones derivan de conversaciones en las que solo participan el cargo que presiona con amenazas e insultos y el trabajador que es acosado.
También hay casos que lo que buscan es que el empleado desista de seguir en la empresa y así ahorrarse el pago de la indemnización por despido.
Este problema se explica en parte, según José Luis García, por el aumento de la precariedad laboral, que hace que la situación de los trabajadores ante la empresa sea cada vez más débil y favorezca que ese acoso se produzca con impunidad, ante el miedo a represaliasen el caso de denunciarse.
Además, este fenómeno va acompañado de otro igualmente creciente, según se apunta desde ambos sindicatos, como es la prolongación ilegal de la jornada de trabajo, ya sea por ser impuesta con presiones (se apunta como práctica habitual en muchos hoteles del norte de Mallorca) o incluso porque estas horas de más ni se abonan al trabajador ni cotizan ante la Seguridad Social. "Lo triste es que es una práctica que parece asumida por todo el mundo", lamenta el representante de CC OO.
Por ello, desde los sindicatos se va a reclamar un aumento de los controles sobre los registros de jornada por parte de la Inspección de Trabajo a la hora de planificar la campaña ordinaria de actuaciones para 2019.
