Un ciudadano de Ecuador, juzgado esta mañana en la Audiencia de Palma por un presunto delito cotinuado de abuso sexual con accso carnal cometido sobre la hija menor de su excompañera sentimental, ha negado que hubiera agredido a la víctima y ha atribuido la denuncia de la menor a que tiene mucha imaginación, pero sobre todo a que "nunca aceptó que tuviera una relación su madre".

El acusado, Eduardo Michael S.M., de nacionalidad ecuatoriana, se enfrenta a una propuesta del fiscal de doce años de cárcel por unos hechos continuados en el tiempo pero que se habrían iniciado en el año 2014 en Palma. La menor, que tenía entre nueve y doce años de edad, relató que la pareja de su madre le empezó a realizar tocamientos en los pechos y en las partes íntimas, pero que también la violó. Afirmó que aprovechaba la ausencia de su madre para cometer estos hechos, que tenían lugar en la vivienda familiar. El médico que atendió a la víctima comprobó que, pese a su corta edad, ya había perdido la virginidad.

El sospechoso atribuyó la denuncia en su contra a varios factores. Uno era porque la menor tenía celos de sus hermanos y que no le gustaba que la riñiera cuando estaba haciendo las cosas mal y la otra era por la influencia de la abuela, que siempre le recordaba que no era su madre.

El hombre ha asegurado que toas las acusaciones que ha vertido la niña contra él eran mentiras, si bien no ha podido explicar al tribunal la razón por la que la niña había perdido la virginidad, aunque ha insinuado que ya tenía un novio en la fecha que le denunció. Sin embargo, la fiscal le ha recordado que este novio que aludía solo tenía nueve años de edad y se demostró uqe no había tenido relaciones con la niña.

El acusado ha reconocido que ya fue condenado por agredir a la niña de su pareja, por lo que tuvo que vivir un tiempo en otra casa. A pesar del incidente aseguró que con esta menor se llevaba bien.

Para convencer al tribunal de que era inocente ha asegurado que se pasa todo el día fuera de casa trabajando. Salía a las seis de la mañana y volvía doce horas más tarde, por lo que poco tiempo pasaba en casa. Además ha señalado que la madre apenas sale de casa, pues está enferma y no trabaja. Por ello, dijo que nunca se quedaba a solas con la menor.

La menor está declarando a puerta cerrada pero está ratificando ante el tribunal todas las acusaciones que en su momento denunció, primero en el colegio y después en el juzgado.