María Magdalena Alomar, coordinadora del Casal Petit de las Hermanas Oblatas, y Xisca Plasencia, educadora social, destacan la importancia que la educación de los menores tiene en la lucha contra la trata, de ahí el esfuerzo que estas organizaciones hacen a la hora de concienciar a la población, y en especial a los más jóvenes, de la agresión que supone para las mujeres el pagar para mantener relaciones sexuales. Porque un aspecto sobre el que se incide es que sin prostituidores (clientes), el problema no existiría.

El drama que estas mujeres viven se refleja en la experiencia de Jenny y en la de otras muchas que son atendidas en el Casal Petit.

María Magdalena Alomar apunta el caso de las mujeres nigerianas, que llegan a asumir deudas de hasta 50.000 euros con las organizaciones que las introducen en Europa y a las que se obliga a prostituirse incluso a lo largo de todo el trayecto, con casos de violaciones y agresiones, en un duro proceso para destruirlas psicológicamente.

En el caso de las mujeres latinoamericanas, es habitual que en este camino aparezca algún familiar o conocido, que es el que las impulsa a viajar fuera de su país para caer en estas redes.

Respecto a las mujeres de Europa del Este, el proceso se inicia en muchos casos a través de un hombre que contacta con ellas, las seduce para iniciar una relación sentimental, y entonces las propone hacer el viaje, con un vinculo afectivo que las hace más difícil salir de estas situaciones.

Xisca Plasencia añade que la violencia forma parte de este itinerario, introduciendo a estas personas en una rueda de la que parece que no hay salida y que desemboca en muchas ocasiones en el consumo de alcohol y drogas, estas últimas a veces como oferta para los clientes. La presión llega incluso de sus propias familias, para que sigan enviando dinero a su país.

La educadora social destaca los temores con que estas mujeres terminan viviendo, especialmente si tienen hijos, de ahí la importancia de ayudarlas psicológicamente para empoderarlas y mejorar su autoestima.

Pero se destacan los problemas que tienen para salir de esta situación y encontrar un empleo normalizado, especialmente si no disponen de papeles. Por ello, el servicio que se presta desde el Casal Petit es integral, con apoyos en ámbitos como el laboral, el del conocimiento del idioma y a la hora de obtener habilidades sociales, entre otros ámbitos.