Durante cinco horas, Mallorca se vio privada del servicio de taxi debido al seguimiento masivo del paro convocado por todas las patronales isleñas del sector. De las 9 de la mañana a las 2 del mediodía de este martes, los únicos taxis que circularon fueron los que llevaban en su interior a personas vulnerables, como mayores, niños, enfermos o con alguna discapacidad, y además lo hicieron gratis. Salvo alguna excepción puntual de taxistas que optaron por seguir trabajando durante la protesta.

Los presidentes de las asociaciones de taxis de las islas coincidieron en estimar por encima del 90% el nivel de seguimiento alcanzado en una huelga de cinco horas que tenía como objetivo respaldar las protestas que se han venido desarrollando en Barcelona o Madrid y exigir al Gobierno central que transfiera las competencias sobre los vehículos de alquiler con conductor (VTC) a las comunidades autónomas y a los municipios. Porque el temor de este colectivo es precisamente el desembarco masivo de empresas como Uber o Cabify.

El paro aportó una imagen nada usual durante el verano, con un aeropuerto en el que solo permanecieron estacionados media docena de taxis para poder atender a los colectivos antes señalados, tres en el puerto, dos en hospitales como Son Espases y Son Llàtzer o uno en puntos emblemáticos como Antoni Maura o la Plaza de España.

Para hacer frente al vacío dejado por estos vehículos, el ayuntamiento de Palma optó por reforzar sus líneas 1 y 21, que comunican la ciudad con Son Sant Joan, y la conselleria de Movilidad hizo otro tanto con los autocares de las líneas Aerotib que enlazan estas últimas instalaciones con las principales zonas turísticas. El resultado fue que durante toda la mañana estos autobuses circularon llenos, aunque sin que se llegara a registrar un colapso.No fueron los únicos que durante esa mañana trabajaron más de lo normal. Los denominados ‘taxis piratas’ aprovecharon la coyuntura para hacer su agosto, sin que en este caso su actividad generara protestas, y también las empresas de rent a car reconocieron haber registrado un repunte en la demanda de sus servicios.

Por lo que respecta a la asociación de autónomos del taxi (mayoritaria en el sector), la actuación de sus miembros consistió en parar la actividad de sus coches salvo un pequeño grupo de vehículos cuyos titulares aceptaron situarse en puntos clave de Palma para atender los servicios especiales. En el caso del aeropuerto, el presidente de esta patronal, Biel Moragues, señaló que la misión de estos coches era llevar gratis hasta la estación intermodal de la Plaza de España a los turistas con problemas de vulnerabilidad, pero que en algunos casos se optó por trasladarlos hasta su destino final, como Santa Ponça o Cala d’Or, al comprobar que se trataba de personas con altas tasas de discapacidad. Por ello, señaló sentirse “orgulloso” de esos comportamientos.

Paro total de taxis en Baleares

Paro total de taxis en Baleares

Caravana de taxistas

Por su parte, los taxistas de la part forana y los adscritos a la patronal CAEB prefirieron convocar una concentración en el hipódromo de Son Pardo, para desde allí organizar una caravana de decenas de coches hasta el parque acuático de Llucmajor, seguir hasta el aeropuerto, trasladarse hasta el Paseo Marítimo, y concluir finalmente con otra concentración en Son Moix.

Estos coches mantuvieron ocupado un solo carril durante todo este trayecto, lo que según la policía local de Palma afectó al tráfico de la ciudad, pero sin llegar a generar un colapso.

Mientras tanto, las emisoras del taxi fueron recogiendo las peticiones de servicio de los colectivos antes señalados, especialmente para el traslado de personas hasta los hospitales sin cobrar por ello. La presidenta de los taxistas de la part forana, María del Carmen Navarro, destacó que este mismo servicio gratuito se prestó en las diferentes poblaciones de la isla.

Si en un punto coincidieron Moragues, y Navarro y el presidente de la asociación de taxistas de CAEB, Antoni Bauzá es en que el objetivo de la protesta es impedir la entrada masiva de VTC, en exigir que la concesión de sus licencias dependa de las autonomías y de los ayuntamientos (una postura que también defiende el Ejecutivo balear), y en reclamar que se respete el límite de una licencia de VTC por cada 30 del taxi. Con una advertencia adicional de los tres: si el ministerio de Fomento no aplica estás medidas, agosto puede convertirse en un mes aún más “caliente” con la convocatoria de nuevos paros en el conjunto del país.

Esta unanimidad en este punto no se dio en otros, y se pusieron en evidencia las tensiones que se viven en las relaciones entre Biel Moragues y Antoni Bauzá. El primero reprochó al segundo que sus taxis no estaban colaborando en la prestación de servicio gratuito a las personas con problemas de vulnerabilidad en enclaves como el aeropuerto, y Bauzá criticó a Morages por tramitar 700 licencias de esos coches de alquiler con conductor alegado que el objetivo es competir con las que puedan terminar en manos de Uber o Cabify, algo que calificó de pantomima.

Historias de personas

Pero al margen de los datos globales de la protesta, tras ésta también hubo historias de miles de personas que se vieron afectadas en el conjunto de Mallorca. Algunas molestas, como el elevado número de pasajeros que llegaron al aeropuerto sin saber que en Palma había también un paro de taxistas y que se quejaban por los problemas que eso iba a suponer para llegar a su destino. La presencia de personas cuyo objetivo era informarlas del paro y de las alternativas que existían para su transporte minimizó el impacto que este desconocimiento podía haber tenido.

Otros pasajeros, con niños muy pequeños o con problemas de movilidad, admitían también su agradecimiento al ver que a ellos sí se les daba servicio y además sin coste. Según los taxistas allí instalados, durante la mañana de ayer se facilitaron alrededor de medio centenar de trayectos de este tipo desde Son Sant Joan, aunque apuntaron que los más numerosos fueron los que tenían como objetivo llevar a enfermos hasta los hospitales.

Todo ello sucedió sin apenas aglomeraciones de turistas, salvo durante la última hora del paro. Al enterarse de que éste iba a concluir a las 2 del mediodía, a partir de la 1 muchas personas optaron por hacer cola para esperar a que se reanudara el servicio, y fue durante estos minutos cuando la cola de usuarios se hizo más importante y se vivieron algunas escenas de nervios y agotamiento por parte de los afectados. Pero una vez concluida la huelga, la zona fue recuperando su normalidad.

A la vista de la ausencia de incidentes, el conseller de Movilidad, Marc Pons, puso en valor el comportamiento mantenido por los taxistas, además de reclamar un acuerdo entre este colectivo. y Fomento con la mayor celeridad posible. Para ello, señaló que el Govern está dispuesto a colaborar y a asumir las competencias sobre los VTC.