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Educación

A la caza de las altas capacidades

La UIB ofertará un postgrado de especialización en este ámbito, para potenciar la detección y también la intervención personalizada que requieren estos niños

El protocolo se aplica en Balears desde el curso 2015-2016. dm

Hace tres años, en Balears no había ningún protocolo ni guía para detectar a los niños superdotados. Era la única comunidad autónoma que carecía de un plan específico y por tanto todo dependía del ojo y la sensibilidad de las familias y profesores (y de su empeño e insistencia). Así, centenares de niños con altas capacidades pasaban desapercibidos. No eran detectados con lo que no recibían una atención adecuada a su perfil.

La situación cambió el curso 2015-2016, cuando por fin se ofreció a los centros educativos el primer protocolo para identificar a estos niños.

Este plan específico fue impulsado por Rosabel Rodríguez, profesora de la Universitat y responsable del Programa de Atención a las Altas Capacidades (PACIS) en coordinación con la conselleria de Educación y ya puede confirmarse de forma oficialmente que ha supuesto una diferencia: el número de alumnos con altas capacidades identificados ha crecido un 60% y Balears supera por primera vez la media nacional de estudiantes diagnosticados. Cada año de aplicación del protocolo, supone unos 200 nuevos estudiantes con altas capacidades identificados.

Así lo certifican los datos que acaba de hacer públicos el ministerio de Educación. El curso 2016-2017, había localizados en Balears 831 estudiantes con altas capacidades, lo que representa el 0,46% del alumnado. Es el sexto porcentaje más elevado del país, según las listas del Ministerio, en las que hace años que destaca Murcia, comunidad especialmente concienciada con este tema donde el 1,27% de los estudiantes están identificados como superdotados.

"El protocolo se nota, ahora nos posicionamos en un buen sitio", celebra Rodríguez. Y los datos serán mejores cuando se publiquen oficialmente los referentes al curso 2017-2018, que podrían superar el millar de alumnos con altas capacidades.

La responsable de PACIS está convencida de que tendrá lugar esta evolución ya que cada vez más centros educativos están acogiéndose al protocolo (ahora son más de la mitad) y el número de profesores formados crece por centenares curso a curso.

Además, anuncia Rodríguez, el próximo periodo académico la Universitat ofertará por primera vez un postgrado de experto universitario en altas capacidades ya que lo importante, subraya la experta, "no es solo identificarlos: hay que saber qué hacer con ellos".

El postgrado tendrá actividades que estarán abiertas al público en general, para que los docentes interesados puedan asistir a conferencias y seminarios con invitados expertos, e incrementar así la proporción de profesorado formado en este campo.

Rodríguez insiste en la necesidad de hacer énfasis en la intervención: "Hay que saber cómo adaptar la educación". Cabe recordar que estos escolares entran dentro de la categoría de Alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NESE), donde también estarían incluidos los menores con discapacidad; los de incorporación tardía...

La atención a la diversidad, hasta hace muy poco se centraba en los estudiantes que requieren apoyo porque tienen dificultades para seguir el ritmo de la clase. Sin embargo, para aquellos que sobresalen por arriba no había apenas mecanismos para atender sus particularidades.

El protocolo y el PACIS comenzaron a andar para compensar esta deficiencia histórica que las familias venían denunciado desde hace tiempo (además de programas como MENTORiment, una serie de sesiones divulgativas y talleres impartidos por especialistas de distintos ámbitos que se ha ofrecido este año por primera vez a estos estudiantes).

En los tres próximos cursos la previsión es que las cifras no paren de crecer. Para el periodo 2020-2012 el protocolo ya se habrá desarrollado y abarcado a todos los niveles educativos con lo que se supone que la cifra de menores identificados tocará techo.

Aún queda camino por recorrer. Y muchos estudiantes con altas capacidades que siguen escapándose al radar: sobre todo las alumnas, ya que según las hipótesis de los expertos tienden a ocultar más sus destrezas para encajar en el grupo (de los 831 estudiantes detectados el cursos pasado, 279 son chicas y 552 son chicos).

Con todo, estamos en el buen camino:"Los han tenido abandonados siempre y, como todos los niños, tienen derecho a una educación adecuada", lamenta Rodríguez, quien recuerda: "Como sociedad los necesitamos, tenemos que apostar por el talento".

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