Voluntarios de la Alianza Mar Blava, plataforma intersectorial creada para proteger al Mediterráneo, entregaron hoy 17.496 alegaciones contra el proyecto Medsalt-2, una iniciativa que, en opinión de esta plataforma, tiene como objetivo final la búsqueda de bolsas de hidrocarburosy minerales en los subsuelos marinos ubicados entre el sur de Mallorca y el norte de Eivissa y Formentera.

Estas firmas se suman a las recogidas durante el primer periodo de exposición pública en las cuatro islas de este archipiélago, 25.678, para alcanzar una cifra total de 43.174. "Y estas son solo las recogidas por nuestros voluntarios, por lo que no descartamos que finalmente sean bastante más", confía Carlos Bravo, coordinador del secretariado técnico de la Alianza Mar Blava, que recuerda que el plazo para presentar objeciones al Medsalt-2 acaba oficialmente mañana, martes.

Bravo, que detalla que la mayor parte de las alegaciones presentadas por su asociación proceden de las cuatro islas y de Barcelona aunque también han recogido objeciones en Cádiz o Castellón, recuerda que el proyecto Medsalt-2 busca, en teoría, "estudiar una crisis salina de hace cinco millones de años que secó el Mediterráneo. No obstante, en medio de estos yacimientos salinos hay atrapadas bolsas de hidrocarburos y minerales. Y la propia documentación del proyecto deja bien claro que se impulsará la búsqueda de estos recursos".

El coordinador del secretariado técnico de la Alianza, que dice tener la certeza de que hasta siete empresas petroleras han mostrado su interés en este proyecto científico, concluye que esta iniciativa "es la antesala de la presentación de permisos de petroleras para explotar estos subsuelos".

Carlos Bravo añade que la técnica de sondeos acústicos que utilizan estas compañías prospectoras provocan un ruido superior a los 242 decibelios cuando, revela, "está demostrado que sonidos de potencias mayores a los 160 decibelios ya provocan daños auditivos en los cetáceos", una especie marina que, recuerda se comunica a través de ultrasonidos. "Y una ballena sorda es una ballena muerta", concluye.