Se han cumplido las aspiraciones mínimas. Con pocas posibilidades y más bien escaso interés en obtener plaza ministerial, los socialistas de Balears optaban a puestos de un cierto nivel, de segundo orden, dentro del organigrama de Gobierno de Pedro Sánchez y, sobre todo, a la Secretaría de Estado de Turismo. Objetivo logrado. Ayer se confirmó el nombramiento de Bel Oliver para este puesto. También se conoció la designación de Rosario Sánchez al frente de la delegación del Gobierno.
Bel Oliver era una firme candidata para cualquiera de las dos plazas. Se queda con la más relevante de Turismo, un nombramiento que ha sido bien acogido por los representantes empresariales y sindicales. Su talante personal y la experiencia acumulada en el departamento de Turismo del Consell ayudan a este fair play. Una entrada más abrupta puede tener Sánchez en la delegación del Gobierno. Deberá reconducir el asunto de los vetos a la carrera profesional de los funcionarios y al uso comercial del catalán que le ha dejado María Salom.
A estos nombramientos hay que sumar el de Carmen Orte al frente del Imserso, conocido la semana pasada. En cualquier caso estamos ante mujeres afines a Francina Armengol. La presidenta ha logrado colocar a las piezas que le interesaban. Su sintonía con la ministra de Administración Territorial, Meritxel Batet, le ha facilitado las cosas. También los contactos con el presidente Sánchez.
Al menos por una vez, Balears, con menos peso político y voto no liberado en el Congreso, ha ganado una pequeña partida a Canarias. Los atlánticos también aspiraban a la Secretaría de Estado de Turismo. Es para Bel Oliver en un momento crucial para la estructuración del sector y para hacer frente a la masificación.
