"Cualquier cosa será mejor que lo que había hasta ahora". De esta idea parte el Govern antes de ponerse a analizar los nuevos ministros del Gobierno de Pedro Sánchez. Mientras los socialistas baleares siguen pendientes de si cae en las islas un pellizco de la pedrea del nuevo Ejecutivo socialista, los primeros ministros que se han ido confirmando no desagradan. Ni la llegada de Josep Borrell a Exteriores, que ha caído como una patada en el independentismo, ni una ministra de Hacienda, María Jesús Montero, salida de la Junta de Susana Díaz, preocupan demasiado por ahora. Incluso algunos, como la nueva ministra de Energía y Medio Ambiente, Teresa Ribera, llega a generar entusiasmo en las filas del Govern.

Con la negociación pendiente del Régimen Especial para Balears (REB) y de un nuevo sistema de financiación en el que las islas se juegan muchos millones de euros para pagar servicios públicos como sanidad o educación, el nuevo ministro de Hacienda era lo que más preocupaba. El cargo recae, al final, en María Jesús Montero, hasta la fecha consejera de Hacienda de Susana Díaz. Es decir: consejera de una comunidad con una situación financiera en las antípodas del archipiélago.

"No sé si es bueno o no, pero Andalucía siempre ha tenido un biberón con el que ha bebido de la solidaridad de comunidades como la nuestra. No sé si esta ministra, acostumbrada a recibir, entenderá el sufrimiento de estas islas", alertaba ayer a Francina Armengol el portavoz de El Pi, Jaume Font, en el pleno del Parlament. También el PP sembró dudas: "Deberá esforzarse a fondo para defender el nuevo sistema de financiación, ya que la nueva ministra es conocida por estar contra la descentralización fiscal y, dicen, también es conocida por estar a favor de exprimir a impuestos a Madrid, Cataluña y Balears".

Sin embargo, desde el Govern no acaban de ver el cambio de Montoro por Montero con malos ojos. Después de que Armengol la defendiese en el pleno, distintas fuentes del Govern explicaban en los pasillos que, pese a que la nueva ministra de Hacienda rechaza el principio de ordinalidad -ese por el que si Balears es la segunda en aportar debe ser la segunda en recibir- defendido a capa y espada por el Govern, ha trabajado en los últimos meses codo con codo con la consellera balear de Hacienda, Catalina Cladera, contra el techo de gasto de Cristóbal Montoro, que ha limitado la capacidad de maniobra de las autonomías.

Además, en el Govern ven cosas interesantes en el modelo que propone Montero, como, por ejemplo, aumentar del 50 al 75 por ciento la recaudación del IVA a transferir del Estado a las comunidades. En cualquier caso, en el Govern no creen que en los meses que queda de legislatura en las comunidades dé tiempo para que la ministra abra el melón de la financiación. Y añaden un detalle importante: "No es susanista".

Borrell no gusta en Més

Luego está la llegada de Josep Borrell, que no es visto con buenos ojos entre los cargos Més en el Govern por eso de "desinfectar" Cataluña, pero que el PSIB ve como una figura "solvente" para llevar Exteriores y que, recuerdan, no será el responsable del diálogo con Cataluña, función para la que se señala a la nueva ministra de Administraciones Territoriales, Meritxell Batet, de un PSC en sintonía con los socialistas baleares.

La mejor recibida ha sido la nueva titular de Energía y Medio Ambiente, Teresa Ribera. Pese a que la portavoz del PP, Marga Prohens, lanzaba que la ministra avaló el proyecto Castor desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el Govern celebra la llegada de una ministra con la que han trabajado en los últimos meses y que es una entusiasta de la ley balear de Cambio Climático, que, entre otras medidas, prevé poner coto a los coches diésel en 2025 y a los de gasolina, en 2035.