La asociación de concesionarios de Baleares (Aseda) ve "precipitado" la prohibición de nuevos coches diésel a partir de 2025 en Baleares nuevos coches diésel a partir de 2025 en Balearesque prevé el Govern en su futura ley de Cambio Climático. El sector alerta que "hay que adaptarse a los tempos de la industria". Pero no sólo eso: los concesionarios de las islas dudan de que el Govern tenga competencias para prohibir la venta de estos vehículos. "No vemos claro hasta qué punto puede Baleares prohibir la venta y que coches que se puedan vender en Alemania o en resto de España no se puedan vender aquí", señala el presidente de los concesionarios, Andrés Vidal, que además cree que la consencuencia podría acabar siendo que "la gente alargará la vida útil de coches viejos que contaminan seis veces más que los nuevos".

"Estamos de acuerdo con el objetivo de la ley de reducir las emisiones, pero creemos que las medidas que plantea el Govern para ello no son las correctas", explica el representante de los comerciantes de automoción en las islas, que denuncia haberse enterado de los planes del Govern a través de este diario: "En ningún momento han llamado a la asociación ni al sector para hablar del futuro del transporte", relata Vidal, que acusa al Govern de "estar legislando de espaldas a la realidad". "Hay que ser realistas con estas medidas", señala. En este sentido, apunta que los servicios jurídicos de la asociación estudiarán el borrador de la ley tanto para presentar alegaciones como para aclarar si el Govern puede prohibir la venta de nuevos coches diésel en 2025 y nuevos coches gasolina a partir de 2035. "Tampoco entendemos por qué se actúa contra el transporte terrestre que produce el 18 por ciento de la contaminación y no sobre aviones y barcos, que provocan el 72%", señala el representante del sector automovilísticos en el archipiélago.

"Además, no han medidos las consecuencias de sus medidas", apunta: "Prohibe los coches nuevos cuando son los que menos contaminan y sobre los viejos, que según nuestros estudios contaminan hasta seis veces más, no actúa". "Al final pueden conseguir lo contrario de lo que buscan, que como el eléctrico es bastante más caro que el vehículo de combustión, la gente al no poder comprar un diésel o un gasolina nuevo decida alargar la vida útil de los coches viejos y tendremos coches más contaminantes y más peligrosos en nuestras carreteras", explica. Otra duda que plantea es que "la tecnología de los coches eléctricos evoluciona, pero aún tiene aspectos que mejorar en la recarga y en la autonomía". "El consumidor no está acostumbrado a preparar su agenda para tener dos horas para recargar su coche", señala Vidal: "Tenemos muchos puntos de recarga, pero son de recarga lenta, necesitamos de carga rápida". "Nos parece una medida precipitada, solo para salir en la foto como el más verde o el más ecologista, ", zanja el empresario.Las gasolineras lo ven "del género absurdo" y los polígonos anuncian alegaciones

Más duros son aún desde la patronal de gasolineras. "Si todo el mundo tuviera el sueldo del conseller [Marc] Pons, podría gastarse 30.000 euros en un coche eléctrico, pero no es el caso", apunta Jesús Salas, representante del sector, que no entiende que se anuncie esta medida "cuando este año se han concedido 20 licencias para nuevas gasolineras". "Me parece precipitado, electoralista y del género absurdo", critica. "No hay medios ni tiempo y hace falta una infraestructura millonaria", explica sobre el coche eléctrico: "Prohibir y obligar es fácil, pero luego esperan que el dinero lo pongan los demás", censura el representante de las gasolineras del archipiélago. "Vamos encaminados en esa dirección, pero hay que ir poco a poco y respetando los tiempos", defiende Salas.

Finalmente, quien también ya ha anunciado que presentará alegaciones es la asociación de industriales de Son Castelló, ASIMA. En su caso, el malestar no tiene que ver con las medidas previstas en la ley de Cambio Climático sobre el transporte, sino la obligación que desde 2020 todas las naves industriales deban incorporar placas solares. Según ASIMA, comparten el objetivo de aprovechar la superficie de las naves para reducir las emisiones de carbono pero no que se vaya a obligar a los empresarios a ello, motivo por el que presentarán alegaciones.