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Análisis

El brindis al sol del coche eléctrico

El futuro de la movilidad es eléctrica. A nadie le cabe la menor duda. Pero ese futuro está todavía muy lejos ya que plantea toda una serie de inconvenientes que parece que alguien en el Govern no ha tenido en cuenta a la hora de elaborar el borrador de la ley del Cambio Climático presentado ayer.

A la más que probable desaparición de las gasolineras, que no sobrevivirán vendiendo electricidad, hay que añadir la de otros sectores próximos a estas. Queda claro que la ´uberización´ de la economía está provocando cambios en muchas industrias y hay que adaptarse o desaparecer. Pero habrá que encarar el problema.

Los concesionarios de venta de vehículos también deberán adaptarse o morir. En el corto plazo de tiempo que plantea el Govern, la mayoría de fabricantes no tendrán un catálogo en el que predominen los eléctricos. Eso reducirá la venta de vehículos. También hay que preguntarse quién se querrá comprar un coche tras la aprobación de la ley, sabiendo que a partir de 2025 -0 2030- no podrá venderlo de segunda mano por funcionar con gasolina o diésel.

El coche eléctrico sigue careciendo de atractivo para la mayoría de conductores por su elevado precio y por su complejo reabastecimiento. No es solo enchufarlo. Existe una máxima a la hora de adquirir un vehículo eléctrico: debes disponer de un lugar donde cargarlo por la noche, en casa. O durante el día en el trabajo. En la práctica, los cargadores públicos son para momentos puntuales, no para un uso diario.

Si el ejecutivo balear quiere realmente potenciar el uso masivo del vehículo eléctrico debe plantearse toda una batería de medidas económicas para conseguir que el cambio sea atractivo para los habitantes de las islas. Para ello no se necesitan más cargadores, sino más incentivos. Y no se trata solo de dinero.

Ayudas para la adquisición del vehículo, permisos para colocar cargadores privados en la vía pública, comercialización de energía en comercios y exenciones de impuestos podrían ser algunas medidas a tener en cuenta. Pero, ¿qué pasará con aquellos que no puedan acceder a un eléctrico por su alto precio? ¿Vamos a mejorar de una vez el transporte público?

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