Las estaciones de servicio de Balears dan actualmente empleo a casi 1.300 asalariados, a los que hay que sumar alrededor de medio centenar de autónomos. Según las estimaciones de patronal y sindicatos, cada gasolinera con personal que opte por convertirse en desatendida destruirá alrededor de seis empleos.

El interés que esta transformación puede tener, según lamenta el presidente de la patronal del sector (Aesba), Jesús Salas, es que cada empleo eliminado supone un ahorro de unos 25.000 euros al año, lo que facilita que las instalaciones desatendidas puedan ofrecer precios algo más reducidos y abrir una dura competencia con el resto del sector, pese a ofrecer un servicio de menor calidad a los clientes, especialmente a los que padecen problemas de movilidad.