La hasta ayer portavoz parlamentaria de Podemos, Laura Camargo, registró por la mañana en la Cámara balear el cambio de portavocía, lo que supone su renuncia al cargo, "acatando" la decisión de "la mayoría del Consejo Ciudadano Autonómico de la actual dirección" del partido en Balears de que este puesto lo asuma el exlíder de la formación política, Alberto Jarabo. No obstante, Camargo dejó claro que por el momento no ha aceptado la portavocía adjunta, como quiere la dirección del partido, una cuestión que dejó pendiente de "las negociaciones internas en el grupo parlamentario".

Los diputados de Podemos han apoyado sin fisuras a Camargo en su batalla por hacerse con la secretaría general. La ya exportavoz perdió las primarias por pocos votos frente a la actual secretaria general, Mae de la Concha, quien contaba con el respaldo de Jarabo. Una de las primeras decisiones de la nueva dirección fue la de que el exlíder del partido asumiera la portavocía en el Parlament, convirtiéndose así en la cara más visible de la formación en las islas y su principal voz en lo que se refiere a la política autonómica y las relaciones de Podemos con el Govern.

Camargo rechazó en un primer momento con contundencia asumir la portavocía adjunta, aunque ayer dejó abierta esta posibilidad si se alcanza un acuerdo en el grupo parlamentario. En ese caso, según dijo, la portavocía adjunta podría ocuparla ella o la actual coordinadora del grupo parlamentario, Marta Maicas. No obstante, insistió en que el grupo parlamentario planteó a la dirección su criterio de que ella debía seguir siendo la portavoz ya que Jarabo "no se presentó a las primarias" y la candidatura al Consejo Ciudadano que la respaldaba fue la más votada, además de "por el trabajo hecho" en lo que va de legislatura. Sin embargo, la nueva dirección del partido "no lo tuvo en cuenta".

Camargo está pendiente de que se resuelva la impugnación que presentó a la votación en el Consejo Ciudadano por la que se acordó que Jarabo pasaría a ser el portavoz, un asunto que, según dijo, en principio deberá resolver el comité de garantías autonómico o el estatal en "segunda instancia".

"Ahora nosotros queremos coser el partido", dijo ayer Camargo, quien defendió que "esta nueva etapa" se afronte de manera que "todos en el grupo parlamentario estén cómodos", para lo cual es preciso negociar "cuestiones que afectan al buen funcionamiento interno del grupo" que no quiso concretar.