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Entrevista

Mohamed Harrak: "En las cárceles se radicalizan los jóvenes que aún no han sido captados por el ISIS"

El joven de Son Gotleu acusado de reclutar a terroristas para el movimiento yihadista mantiene que actuaba de agente infiltrado del CNI

Mohamed Harrak fue detenido en 2016 en el barrio de Son Gotleu acusado de ser un yihadista, que captaba a jóvenes radicales dispuestos a sumarse a la lucha armada. En realidad nada de ello era cierto. Era una especie de agente infiltrado del CNI, que le obligaba a interpretar el papel de terrorista radical, para después pasar información y evitar posibles atentados en España. Pero mientras su caso se ha aclarado, y tras ser absuelto por la Audiencia Nacional, se ha pasado un año y medio preso, encerrado en celdas de aislamiento, donde lo ha pasado muy mal. Ahora ya está en libertad. Quiere conocer a su hijo, que nació mientras estaba encarcelado, e iniciar una nueva vida.

¿Cómo ha sido su experiencia en prisión?

Muy dura. He estado en cuatro cárceles, en situación de aislamiento, pero donde peor lo he pasado ha sido en la prisión de Zaragoza.

¿Qué recuerda de su detención?

Estaba durmiendo y escuché un fuerte golpe. Tres policías entraron en mi habitación. Creía que se habían equivocado, pero me dijeron que yo era un terrorista.

¿Y realmente era o no un terrorista yihadista?

Nunca lo he sido, siempre he repudiado el islamismo radical. Les dije a los policías que no era un terrorista, sino un colaborador del CNI.

Pero está claro que no le creyeron.

Pues no. Pero no fui consciente de que iría a la cárcel hasta que declaré. Le conté a la juez mi condición de colaborador, que me dedicaba a facilitar información sobre grupos radicales, pero me dijo que me enviaba a la cárcel y que esta información ya se investigaría. Sabía que era un malentendido y que pronto se aclararía.

Y una vez en la cárcel, ¿tuvo contacto con otros musulmanes acusados de ser yihadistas?

He tenido contacto con muchos de ellos. La verdad es que algunos, que no han entrado nunca en contacto con el ISIS, van a la cárcel por escribir comentarios en internet y es en prisión donde se radicalizan.

Si estas personas descubrían que era usted un infiltrado, su situación en prisión debió ser complicada.

Así es. Ha sido una etapa muy complicada. Representaba un doble papel, porque no podía decir a nadie que era un infiltrado. Estuve mucho tiempo con dos yihadistas, que ya han sido condenados, y les decía que los servicios secretos me habían propuesto colaborar, que me había negado y por ello me tendieron una trampa.

Explíqueme cómo entró en contacto con el CNI y por qué.

Quería ayudar y un amigo me propuso que me ofreciera a colaborar con el CNI. Por eso decidí llamar y dejé un mensaje.

¿Cuándo el CNI entra en contacto con usted?

Dos agentes se presentaron en mi trabajo, pero no me dijeron que eran de los servicios secretos. Se presentaron como funcionarios judiciales. Semanas después me dijeron que eran agentes del CNI y me ofrecieron colaborar con ellos.

Entre ellos debía estar el que usted conoce con el nombre de Ángel.

Era mi persona de contacto, a quien le facilitaba toda la información. Me infiltré en algunos grupos radicales y le iba informando.

Pero la Policía no le creyó, al contrario, decía que usted era un terrorista que se dedicaba a reclutar a radicales.

Así es. Menos mal que tenía en mi teléfono un dispositivo que grababa las llamadas y pude demostrar mis conversaciones con el agente Ángel. De lo contrario ahora estaría condenado.

Al infiltrarse en estos grupos radicales, en algún momento le propusieron enrolarse en el ISIS.

Me infiltré en una célula con ocho personas más y me propusieron ir a Turquía para sumarme a la lucha armada, pero rechacé la oferta.

La información que usted facilitó, ¿sirvió de algo?

Gracias a los datos que le facilité al agente Ángel se logró detener a dos jóvenes musulmanes radicales.

¿Volvería a hacer lo mismo que hizo?

En absoluto. No quiero saber nada ni de policías, ni de CNI, ni nada parecido. Lo que pretendo a partir de ahora es conocer a mi hijo, que nació en Marruecos cuando estaba en prisión, reunirme con mi mujer y empezar de nuevo.

¿Es usted musulmán practicante?

Soy musulmán, pero antes de mi detención no era muy practicante. En prisión he leído el Corán y ahora sí soy más religioso.

Dada su condición de infiltrado, supongo que rechaza el yihadismo radical.

Por supuesto. Siento mucha pena cada vez que se comete un atentado terrorista y la gente muere.

¿Algún día se podrá terminar con el terrorismo del ISIS?

Es muy difícil. El yihadismo, por mucho que mates a los líderes o que metas a radicales en prisión, no se va a erradicar. Puedes bombardear toda Siria, pero siempre aparecerá alguien dispuesto a reanudar la lucha armada y matar a gente inocente.

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