El TSJB ha acordado remitir al juzgado de instrucción de Palma unos documentos relacionados con una querella contra una jueza de primera instancia, que en su momento fue denunciada por un presunto delito de revelación de secretos, por enviar información de un proceso en el que ella intervino como magistrada a su antigua pareja. Esta orden del TSJB se ha traducido en que un juzgado de instrucción de Palma ya ha abierto una investigación, ante los indicios de que la magistrada haya podido cometer los delitos de estafa procesal, falsedad de documento aportado en juicio y un delito contra la intimidad.

El Tribunal Superior de Balears, en una resolución dictada hace varios días, decidió archivar la denuncia por un presunto delito de revelación de secretos presentada contra esta magistrada. La jueza Felisa Vidal critica la actuación de la titular del juzgado de primera instancia, pero entiende que los hechos denunciados no tienen la suficiente gravedad para entender que habría cometido dicho delito. Por ello, archivó la denuncia, si bien decidió que continuara el caso por unas presuntas injurias. La magistrada investigada, para defenderse en el TSJB, entregó como prueba el contenido de unos mensajes que se cruzó con su antigua pareja, un médico de Palma. La mujer aseguró que el facultativo la trataba de una depresión que sufría y que le facilitaba fármacos por su enfermedad, afirmación que el médico ha negado debido a que no es psiquiatra. Dijo que se limitó a darle algunos consejo como amigo. El médico denunció que estos mensajes que la magistrada presentó en su defensa ante el TSJB habían sido manipulados, de tal forma que se había alterado el contenido de la conversación. También denunció que la magistrada había accedido a su expediente académico, sin su previo consentimiento y que le había enviado una copia a su correo.

El TSJB ha decidido enviar testimonio al juzgado, tanto de la declaración de la jueza, como del médico. Los hechos se sitúan en el año 2016. La jueza, al descubrir que su expareja había conocido a una mujer separada y estaba interesado en ella, recordó que había intervenido en su proceso de divorcio. Se dedicó a enviarle al médico un serial de mensajes electrónicos, donde cuestionaba a la otra mujer, dando todo tipo de detalles de cómo se había comportado en el proceso de divorcio, dedicándole algunas descalificaciones. También dio detalles del hijo de la pareja que se estaba separando, que era menor de edad. La jueza le advertía al médico que fuera alerta con esa mujer, porque entendía que no le convenía y se mostraba orgullosa de la decisión que había tomado sobre ella, al negarle la pensión que le estaba reclamando al marido. La mujer aludida en los mensajes, que es abogada, presentó una querella contra la magistrada, al considerar que había desvelado datos a un tercero sobre un proceso de divorcio que había conocido por razón profesional y, por tanto, no podía facilitar. La TSJB, si bien critica a la jueza, cierra el caso porque entiende que no ha cometido el delito de revelación de secretos. Esta decisión ha sido recurrida.