Carlos Delgado, el exalcalde de Calvià, ha decidido acudir a los tribunales para denunciar al testigo que ha afirmado que defendía los intereses de Cursachdefendía los intereses de Cursach, en contra de los de otros empresarios. El que fuera también conseller de Turismo conseller de Turismo presentó ayer un acto de conciliación, como paso previo a la presentación de una querella por injurias y calumnias, contra Ángel Ávila, el exdirector de discoteca que trabajó a las órdenes de Cursach y que se ha convertido en uno de los testigos claves del caso.

Ávila ha acusado a Delgado de utilizar su cargo político en Calvià para manejar a la Policía Local y defender los intereses del magnate del sector nocturno. Y en concreto le acusa de ser el responsable del cierre de la discoteca Pachá, en la urbanización de Son Caliu de Calvià. El testigo ha mantenido que algunos agentes de Calvià, quince días antes de abrir la discoteca, ya le advirtieron de que no dejarían que el local funcionara, porque habían recibido instrucciones del alcalde y del jefe de la Policía Local.

Delgado quiere que Ávila aclare ante un juez si es cierto que realizó esta acusación contra él, como así aparece descrito en el auto de prisión de Cursach. Y también pretende que diga si, en estos momentos, sigue afirmando que Carlos Delgado "es o ha sido" un político afín al grupo Cursach.

Además, propone que el testigo aclare si conocía que en su día denunció ante la fiscalía una licencia que Margarita Nájera concedió al grupo Cursach, sobre un proyecto diseñado por la hermana de la exalcalde de Calvià que es arquitecta. También pretende que Ávila explique ante un juez si conocía que la apertura de la discoteca Pachá provocó una oleada de quejas vecinales por los ruidos y molestias que ocasionaba este local nocturno. Y por último también pretende que el testigo explique si conocía que la decisión del ayuntamiento de prohibir la presencia de tiqueteros en Calvià provocó una pública animadversión de Tolo Cursach Tolo Cursach hacia su persona.

Delgado, que confirmó a este periódico su decisión de querellarse contra Ávila por relacionarle con los intereses de Cursach, explicó que este testigo le ha implicado en el escándalo de una manera forzada y con el único propósito de vengarse de él. "Se trata de un grupo de empresarios que me responsabilizan de sus fracasos, ya sea en Pachá Son Caliu o en el club de vela". Delgado recuerda que Ángel Ávila fue socio de Alfonso Robledo, otro testigo, en la explotación de la discoteca Pachá, y éste último "cree que soy el culpable de que perdiera la explotación del restaurante de Calanova cuando el Ayuntamiento decidió privatizar el puerto". El excalde recordó que el enfrentamiento con la discoteca Pachá de Calvià se produjo, no para defender a Cursach, sino por las protestas de los vecinos de Son Caliu.