El vicepresidente de la patronal mallorquina de restauración, Francisco Martínez, afirmó ayer que su asociación es contraria a que se haga pública una puntuación sobre el estado sanitario de cada restaurante con su nombre. Al respecto, señaló que en estos momentos la conselleria de Salud opta por precintar el establecimiento que presenta deficiencias graves hasta que éstas se solventan y por aplicar multas que en algunos casos superan los 6.000 euros, según subrayó, y consideró que esas penalizaciones son suficientes.
Según Francisco Martínez, el problema de un sistema de puntuaciones público es que un establecimiento que presenta únicamente deficiencias leves puede sufrir un daño excesivo a su imagen que haga inviable su continuidad, con el consiguiente perjuicio no solo para el empresario, sino también para sus trabajadores que podrían perder su empleo.
Por el contrario, defendió la idea de identificar a los mejores establecimientos, y en este sentido recordó el pacto alcanzado con la conselleria de Turismo para crear la categoría Gold, que se otorgará a los negocios que presenten un buen servicio en aspectos como higiene, instalaciones o atención al cliente.
El vicepresidente de la citada asociación empresarial también consideró la posibilidad de fijar fórmulas para limitar el acceso a este sector, al reconocer que muchas personas han optado por abrir bares o restaurantes durante la crisis tras perder su empleo anterior, pero sin tener unos conocimientos mínimos sobre esta actividad, lo que genera deficiencias en su actividad y daña la imagen de todo el colectivo.
