La presidenta Francina Armengol llevaba ya más de diez folios leídos de su discurso y unos 35 minutos sobre la tribuna del Parlament cuando aparecieron los primeros aplausos de su bancada. Fueron aplausos tímidos y forzados mediante un mensaje de Whatsapp a algunos diputados socialista. No duraron más de 30 segundos, prueba de la frialdad en que se estaba desarrollando el parlamento de la inquilina del Consolat. Desde el twitter del PP habían difundido el comentario de que era uno de los primeros discursos de política general que se recuerdan sin que los diputados afines al jefe del Govern se abonaran a las ovaciones a su líder. Al cabo de pocos minutos el portavoz socialista, Andreu Alcover y otros parlamentarios del PSIB-PSOE, consultaron su teléfono móvil y se arrancaron a aplaudir a la presidenta. Los hombres de la sala de máquinas del PSOE, o del Consolat, dieron la orden de que era conveniente animar a Armengol y las palmas empezaron a sonar. Pero lo hicieron de forma tímida e interrumpiendo la frase que estaba pronunciando la presidenta.
Ni los de Podemos ni los de Més estaban para ovaciones
Los socios, que no compañeros, de Més y de Podemos no estaban para ovaciones. Ninguno de sus diputados secundo a los socialistas cuando el Whatsapp ordenó mover las palmas en el hemiciclo. Lo que estaban escuchando no terminaba de gustarles y más cuando Armengol se desmarcó completamente de poner límites a la llegada de turistas. Incluso algún diputado popular reflejaba mejor semblante que los podemistas o econacionalistas.
Ensenyat y Martí salieron tocados del Parlament
Miquel Ensenyat, presidente del Consell de Mallorca, y el hombre de Menorca en Mallorca, el diputado de Més Nel Martí, salieron tocados del Parlament tras escuchar a la presidenta. No podían entender que Francina Armengol, que ha sido presidenta de un consell, en su discurso no realizara ni una mención sobre el papel de las instituciones insulares en la comunidad autónoma. Ensenyat, que dos días antes había pedido más competencias, captó el mensaje. También llamó la atención a más de uno que Armengol no dedicara ni una línea a IB3. ¿Tendrán algo que ver las audiencias?