El sector balear del juego no pronostica una avalancha en la apertura de nuevas casas de apuestas una vez quede aprobado el reglamento que las regulará, y además advierte de que su viabilidad económica pasa por un cambio en la tributación.
En primer lugar, se estima que buena parte de los salones de juego y los dos casinos de las islas se sumarán a esta nueva oferta, y no se descarta que también lo hagan los bingos, pese a que estos últimos no parecen inicialmente demasiado proclives a sumarse a las apuestas. Eso implica que, solo con instalaciones ya existentes, se pueden crear en el archipiélago unos 120 puntos de juego. Pero además, se plantea la posibilidad de que en Balears se abran alrededor de una veintena de locales específicos, que se concentrarán sobre todo en algunas zonas turísticas, lo que podría situar la cifra final en torno a los 150.
Hay que tener en cuenta que el Govern balear pretende regular también las apuestas por internet, de forma que las empresas que se implanten en las islas deban solicitar la correspondiente autorización a la Comunidad Autónoma para que las tasas se abonen a la Agencia Tributaria de Balears en lugar de hacerlo a la estatal.
Pero desde las empresas del juego se hace una advertencia: la viabilidad de las futuras casas de apuestas pasa por una modificación de la normativa tributaria de las islas, que actualmente contempla el abono del 4% de las cantidades que se juegan, una tasa que se califica de inasumible. La pretensión del sector es que en las islas se aplique la fórmula usada en otras autonomías, como es el pago del 10% de lo que se quedan en caja, es decir, del valor de las apuestas una vez descontado lo que se entrega en los premios. Según los contactos mantenidos hasta ahora entre el sector y el Ejecutivo balear, esta modificación se podría aprobar una vez entre en vigor el reglamento que ahora se está redactando.
