El factor sorpresa ha sido arrinconado en favor del impacto propagandístico ejemplarizador, en el Plan de Lucha contra la Explotación Laboral. Cabe agradecer en cambio al Govern la claridad enunciativa, por mucho que los explotadores sean tan poco sensibles al escarnio como a las reivindicaciones de sus empleados. Al igual que sucede con otras facetas de la corrupción, la denigración social es básica para limitar los daños de abusadores. "Corrupto" fue antaño una valoración neutra, si no encomiástica.
Las dudas sobre la efectividad del plan se vinculan a una inspección con demasiada luz y taquígrafos. En un ejercicio de transpareancia ausente en otras ramas del Govern, solo ha faltado anunciar los nombres de los establecimientos afectados y los horarios en que se producirá la visita de los funcionarios. El ejecutivo subestima a los explotadores, si piensa que la publicidad servirá de factor disuasorio para los nuevos esclavistas.
El examen intensivo del monocultivo turístico en temporada alta demostrará si hay negocio suficiente para arrinconar la explotación, o si la rentabilidad se sustenta en el abuso de los trabajadores. El conservador David Cameron ha dictado medidas contra los empresarios que contraten a inmigrantes ilegales, no hay un solo manifiesto de la patronal española contra el degradante tráfico humano.
La inspección masiva saldará la polémica entre Podemos y los hoteleros representados por Inma Benito, sobre la existencia de fraude en este rentable sector con becarios. En la construcción, son proverbiales las obras que se intensifican en fin de semana sin las mínimas cautelas, "porque los inspectores no trabajan en domingo". Los riesgos asumidos en la explotación laboral demuestran los sobresalientes réditos de esta práctica.
El turismo de calidad requiere un trabajo a la altura. Los tópicos pagos de suplementos bajo el mostrador han dejado paso a explotadores que ofrecen condiciones inferiores a las firmadas por el empleado, cuya alternativa es el paro. La contratación no se recupera en proporción al incremento de la actividad comercial. El milagro de los panes y los peces de la recuperación no se limita al reparto de la misma carga entre un número decreciente de personas, sino al aumento de la carga sin registrar incorporaciones.
