"La obligatoriedad de vacunar no es buena a no ser que estemos ante una criris sanitaria como ocurrió hace unos años con una epidemia de sarampión muy localizada en un poblado de Granada. Hay que convencer a la gente de la bondad de las vacunas para acabar con las enfermedades, algo que la evidencia científica ha demostrado desde hace muchos años. Además, no creo que sea necesario en este país donde, con porcentajes de vacunación del 95%, somos la envidia del resto del mundo", sostenía Edelmiro Verges, pediatra y miembro del comité asesor de vacunas de las Illes Balears.
Sin declararse abiertamente defensor de las vacunas ni detractor de estos preparados, el doctor Felip Ramis, facultativo que practica la que denomina como medicina integrativa, sí criticó que las vacunas lleven demasiado aluminio o que el calendario vacunal establecido en este país sea "exagerado con el pretexto del miedo".
"Un médico que ha estudiado y se ha licenciado en cualquiera de las facultades de nuestro país es un facultativo alópata, esto es, que se basa en la evidencia científica. Y esta nos dice que no hay que cuestionar las bondades de la vacunación. El último caso de difteria en España fue en 1986. En Mallorca debimos tener al último paciente con esta enfermedad en torno al año 1975. Ahora ha aparecido un nuevo caso. Pero, ¿quién ha sido el afectado? Un menor que no estaba vacunado, que el pobre está teniendo todos las complicaciones posibles", lamentó Verges.
"La enfermedad desaparece y reaparece el pánico a los efectos secundarios de las vacunas. Rebrota la enfermedad y vuelve a darse un repunte en la vacunación, esto es así", concluyó este especialista, para quien el actual calendario vacunal oficial establecido en España es "correcto" y acorde a lo que se hace en los países de nuestro entorno.
Sobre la posibilidad de incluir en él la vacuna de la varicela, retirada de las farmacias desde junio de 2013 por una decisión del ministerio de Sanidad no explicada suficientemente y denostada por la Asociación Española de Pediatría, posibilidad apuntada recientemente por el ministro Alfonso Alonso, Verges se mostró claramente a favor y reveló que, con la retirada del antídoto de las farmacias, se ha producido un repunte de la enfermedad en las islas. Un repunte cuya dimensiones el especialista no pudo precisar al no tratarse de una enfermedad de declaración obligatoria: "Pero sí que hemos tenido más casos de varicela desde que se evitó que, como antes, los padres las adquirieran de su bolsillo en las farmacias y se las pusieran en los centros de salud a sus hijos antes de los doce meses".
Sobre qué argumentos contrapondría a los antivacunas, Verges matizó que "ellos no hablan con criterios que yo pueda rebatir, porque ven a las vacunas como una estrategia comercial de la industria farmacéutica". Sobre la presencia de aluminio en los preparados, que para el doctor Ramis estaría detrás de algunos casos de síndrome de hiperactividad infantil o narcolepsia entre los pequeños, para Verges se trata de un elemento presente "en alimentos que comemos cada día e incluso en el agua del grifo" y que justificó en las vacunas "como coadyuvante" para que los antídotos "sean más inmunógenos", esto es, que fortalezcan nuestra inmunidad.
Por contra, el doctor Ramis lamentó que muchos pediatras recomienden la vacuna contra el neumococo a niños con antecedentes familiares de alergias, neumonías o tuberculosis pese a que les provoca "enfermedades de los bronquios o cuadros que se les querían evitar con la vacuna. "En definitiva, estoy en contra de una Medicina que se convierta en una ciencia del miedo, en una religión del miedo", concluyó Felip Ramis.
