Ninguna comunidad crea empleo más rápido. Y solo en una, Cantabria, se reduce más deprisa el número de parados. Balears encima genera puestos en todos los sectores y para todos los grupos de edad. Los datos de desempleo y cotizantes a la Seguridad Social del mes de marzo confirman que el mercado laboral empieza a dar síntomas de recuperación, aunque lo hace de nuevo apoyándose en otro fenómeno en expansión imparable: la precariedad, plasmada en hechos como que cuatro de cada cinco contratos que se firmaron en las islas durante el mes de marzo fueran temporales.

Concretamente, de las 33.000 incorporaciones realizadas en el mes previo a Semana Santa, 28.179 fueron en precario. Pero fueron: gracias a ellas y a los 5.441 contratos indefinidos propiciados por la economía balear en el pasado mes, las islas sumaron al registro 20.167 cotizantes, un avance del 5,5% respecto al año anterior, que hace del marzo de 2015 el mejor de la serie histórica y permite a Balears casi duplicar la tasa española de creación de empleo (3,3%). Esos 20.000 empleos adicionales contribuyeron a que el paro bajara en 10.627 personas. Es decir, las islas necesitan crear dos empleos para reducir en una persona el paro, desequilibrio que desnuda nuevamente la precariedad de los trabajos que se van generando.

Esa doble realidad, que por un lado muestra la cara alegre de la reducción del paro y la creación de empleo y, por otro, enseña el gesto arisco de la precariedad laboral, se convirtió ayer en el centro del debate político y económico. Con la campaña electoral a la vuelta del calendario de mayo, las interpretaciones en partidos, patronales y sindicatos se vuelven extremas. O la economía vuela hacia el paraíso prometido, como dice el Govern del PP, o el infierno de la crisis se esconde tras cada dato, como dicen casi todos los demás. No hay punto intermedio. Blanco o negro. Aunque en el punto intermedio y sus matices grises suele estar la realidad. Un ejemplo perfecto es el mismo dato de paro: hoy hay 75.091 personas inscritas en los servicios públicos de empleo a la espera de trabajo, 10.627 menos que hace un año. Todo un éxito, según el Govern, que presume de dirigir la comunidad turística en la que más baja el paro y en la que más empleo se crea. ¿Es tan grande el logro y tan feliz el panorama laboral? Pues es la mayor caída de paro en marzo desde que 1999, así que no está nada mal, pero aquí aparecen los matices: hoy hay 35.236 parados más que en marzo de 2008, el último marzo antes del estallido financiero mundial.

¿Va la cosa pues tan bien como dice el Govern o tan mal como dicen la oposición, los sindicatos e incluso alguna patronal? En cada hogar darán una versión en función de cómo le vaya la partida, pero la realidad es que, tras cinco campañas turísticas marcando récords de ocupación y visitantes, hoy hay en las islas 384.718 personas trabajando, 47.951menos que en marzo de 2008, cuando las temporadas no eran tan buenas, pero la crisis aún no se había asomado.

Y eso que la construcción vuelve a funcionar, con un más que notable 16% de incremento de los puestos de trabajo en el sector durante el último año. ¿Cómo se explica entonces que con tan buenos datos turísticos durante tantos años Balears dé empleo a casi 50.000 personas menos, mientras nada menos que 58.000 personas continúan en paro en el sector clave de la economía balear? La explicación es una, apunta el conseller de Economía, Joaquín García: productividad. Las empresas han logrado generar más con menos plantilla. Algo que, dice, es la antesala de una recuperación laboral más amplia, en la que la precariedad cederá poco a poco para dar pie a un mercado laboral de salarios al alza y plantillas mejor dotadas. O eso augura. "Hemos recuperado casi la mitad de los puestos de trabajo que se habían perdido en los peores momentos de crisis", subraya García, que cree que eso se debe a que el empresario "tiene más confianza" y contrata cada vez a más largo plazo. De hecho, dice, los contratos indefinidos han crecido un 32% el último año. Claro que en idéntica proporción crecieron los contratos temporales, la mayoría de menos de quince días de duración. Y estos son encima los más comunes en el actual mercado laboral.

Salarios de hace veinte años

Otro dato, el de contratación a tiempo parcial (menos de una jornada completa), apunta a esa calidad menguante del empleo: en el último año aumentaron un 35% las contrataciones a tiempo parcial, mientras caían un 39% las incorporaciones de trabajadores a jornada completa. En esa reducción de horas de contrato se explica también la caída general de salarios que revela el Instituto Nacional de Estadística. "Se están pagando salarios equivalentes a los de hace 20 años", resumía ayer el socialista Iago Negueruela, que cree que el Govern que preside José Ramón Bauzá acepta "la recuperación a cualquier precio, con contratos precarios y temporales y salarios de miseria para llegar a las elecciones con datos laborales presentables". La campaña es oficialmente en mayo, pero la batalla por el poder hace tiempo que empezó. Mientras tanto, baja el paro, crece el empleo y continúa la precariedad en el mercado laboral que mejor pinta tiene en España: el de Balears.