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Los nuevos protocolos permiten detectar un 22% más de casos de abusos a menores

El IMAS valoró en 2013 a casi doscientos menores susceptibles de haber sido víctimas de violencia sexual mientras que la conselleria de Asuntos Sociales trató a 105 niños por este motivo, un 12% más que en 2012 - La mayoría de las víctimas son niñas

Uno de cada cinco niños en Europa sufre violencia sexual. Ante este tipo de abusos, es clave que alrededor del menor alguien detecte que algo está sucediendo y que dé la voz de alarma, ya que las víctimas raramente darán el paso de denunciar su situación. Ése es uno de los puntos en los que insisten una y otra vez los profesionales implicados y que las instituciones están intentando mejorar. Los esfuerzos también se centran en potenciar la coordinación entre organismos a base de registros unificados y protocolos claros de actuación. Los esfuerzos están dando sus frutos porque se están detectando cada vez más casos de menores que están siendo víctimas de abusos en Balears. Cada vez se detectan y se valoran en mayor número (un 22% más en 2013 respecto al año anterior), y cada vez se tratan más.

Coordinación institucional

Todas las instituciones tienen su papel ante esta lacra social (ayuntamientos, colegios, centros sanitarios...) pero el organismo encargado de valorar los posibles casos es el Consell, a través del Institut Mallorquí d´Afers Socials (IMAS) y de su Unidad de Valoración del Servicio de menores (UVASI). Aquellos niños que finalmente acaban en un centro de menores tras retirarle la tutela a sus padres, son tratados por el IMAS en dichos centros; de los otros se encarga del tratamiento la conselleria de Familia de Asuntos Sociales a través de su Unidad Terapéutica de Abuso Sexual Infantil (UTASI).

En 2013 la UVASI atendió y valoró 192 casos de menores posibles víctimas de abusos, lo que supone un 22,29 % más de los casos valorados que en 2012 (157). La mayoría (un 65 %) eran niñas; el 34,9% tenían menos de seis años y en la mayoría de los casos sufrieron un abuso del entorno familiar.

Esta unidad se dedica a realizar evaluaciones psicológicas de los menores para identificar los factores de riesgo y de protección, y analizar su entorno familiar, escolar y social. Como destacó ayer Catalina Cirer, presidenta del IMAS, otra de las cruciales funciones de esta unidad es redactar un informe de credibilidad del testimonio. Por último, y tras haber recabado toda la información posible, la UVASI indica qué pasos hay que seguir. Otra de sus misiones destacada ayer por Cirer es la coordinación con las fuerzas de seguridad del Estado, con el ámbito judicial y el ministerio fiscal para evitar al niño que tenga que hacer varias declaraciones oficiales y narrar varias veces la situación traumática por la que ha pasado.

Una denuncia cada dos días

De promedio, en Mallorca se presenta una denuncia por abuso sexual cada dos días. El área de menores del IMAS recibió en 2013 un total de 169 denuncias, frente a las 120 registradas en 2012. El abuso sexual es la cuarta causa del total de denuncias que recibe el área de Menores, por detrás de dificultades de los padres (económicas o de adicción, por ejemplo); negligencia o abandono físico, y maltrato psicológico.

Tras la valoración de la UVASI, se determina si el Consell debe adoptar alguna medida de protección, como asumir la tutela del menor. En el caso de que no sea así, los niños y jóvenes víctimas de abuso empiezan su tratamiento en la UTASI. Antes de que existiera este servicio de la conselleria de Familia y Asuntos Sociales -puesto en marcha en 2010- estos menores se encontraban con un vacío y solo tenían dos opciones para recibir tratamientos: acudir a las unidades de Salud Mental de los hospitales públicos o pagar de su bolsillo un psicólogo privado.

Desde su arranque, esta unidad ha ido incrementando progresivamente su número de usuarios y de sesiones terapéuticas celebradas. En 2013, atendió a 105 menores víctimas de violencia sexual, lo que supone un 12% (13) más que el año anterior, y hasta un 54% (37) más en relación a 2011. El 80% eran niñas y la mayoría de usuarios (un 43%) tenía entre 4 y 9 años. Un 32% eran niños de entre 10 y 14; un 28,27 % eran mayores de 15 años. Un 2,2 % no llegaban ni a los tres.

Así, el año pasado la UTASI abrió 48 casos nuevos; cerró 33 expedientes (23 menores finalizaron el tratamiento, 3 fueron derivados a otro servicio, 2 abandonaron y 5 renunciaron a ser atendidos), y siguió tratando a 57 niños que empezaron la terapia en 2012.

El principal objetivo de esta unidad es reducir al máximo las secuelas que deja haber vivido un episodio semejante, algo que además reducirá las posibilidades de que el abusado se convierta en abusador al convertirse en adulto, algo que sucede con frecuencia.

"Vivir sin dolor"

El trabajo de las psicólogas que trabajan en la unidad varía de una edad a otro y por supuesto en función de cada caso, aunque en general el eje central de su labor es ayudar a los niños a aprender "a vivir sin dolor". Con los más pequeños, se sirven de instrumentos muy básicos y con los que los críos están familiarizados para que se expresen: pinturitas, muñecas, juguetes. Con los adolescentes, el tratamiento se centra en el manejo de la ansiedad, mientras que con los padres de las víctimas, que también necesitan su terapia, se trabaja mucho con la culpabilidad, un sentimiento del que a muchos les cuesta desprenderse.

La consellera de Asuntos Sociales y Familia, Sandra Fernández, insistió ayer en que este aumento de casos se debe principalmente a que se detectan más, no a que ahora haya más abusos que antes. Atribuyó esta mayor detección a medidas como el protocolo de colaboración entre instituciones activado en 2009; el Registro Unificado de Maltrato Infantil; y en las líneas que se están potenciando últimamente: la formación a profesionales cercanos a los niños, como profesores o trabajadores sanitarios, para que sepan detectar posibles casos: "No se nos puede escapar ni uno". Fernández destacó la importancia de esta labor, pero no obstante también subrayó la necesidad de una "conciencia social" de "tolerancia cero a la violencia en general, y también a la violencia sexual". Cirer insistió en que la "sensibilización social" también juega un papel importante en la prevención de estas situaciones.

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