El equipo de asesores de Bauzá se está empleando a fondo. Quieren erradicar la negativa imagen que el president tiene en los pueblos de Mallorca para que no les pase factura en las elecciones. Desde hace unos meses han puesto en marcha una estrategia para intentar mostrar a un president más simpático y cercano, más arraigado con las costumbres isleñas, menos intransigente y nada arrogante. Intentan un lavado de cara a Bauzá. Empezaron con imágenes junto a sobrasadas, intensifican sus visitas a los pueblos y hasta llegan a hacer insospechados guiños a las camisetas verdes de los docentes. Todo ello en aras a la reválida electoral. ¿Les dará tiempo a cambiar la percepción ciudadana hacia la figura del president?

Los estrategas del inquilino del Consolat iniciaron este cambio radical de imagen a finales del pasado año en las populares matances que organiza el PP de Campos. Allí se pudo fotografiar al president junto a las típicas sobrasadas, uno de los símbolos del arraigo mallorquín. Ese mismo día, para terminar de redondear el pastel, presentaron el eslogan "Defensam lo nostro". El objetivo era cambiar la imagen alejada de Bauzá de las tradiciones populares isleñas y conseguir una mayor conexión con la Part Forana. Precisamente, este fue uno de los principales reproches que le lanzaron los alcaldes críticos el día de la famosa cena de sa Pobla.

Los primeros ediles no dudaron en hacerle notar al president que sus políticas o su actitud les perjudicaba electoralmente en los pueblos.

Los despliegues policiales sin precedentes que José Ramón Bauzá movilizaba cada vez que cruzaba la Vía de Cintura para visitar un pueblo, fue otra de las críticas de los primeros ediles y uno de los hechos que dinamitó su imagen en las localidades isleñas, con enfrentamientos incluidos. Los asesores de Bauzá también han diseñado una fórmula para dar la vuelta a la tortilla. Han intensificado visitas en los municipios sin un ejército policial detrás y acercándose a la gente en la ferias. Prueba de ello es que el miércoles estuvo en la comarca del Llevant y el jueves se marchó a Inca. Lejos quedan los dos años de legislatura en que su presencia en la Part Forana era mínima y siempre que acudía tenía problemas.

El conflicto educativo

Si algo ha marcado la legislatura de Bauzá al margen de los recortes (aunque también relacionado con ellos) ha sido el conflicto educativo y ahora también han empezado los movimientos para minimizar su impacto. Las condiciones de la implantación del TIL causaron una reacción en la ciudadanía inédita e inesperada para el Consolat de Mar, que decidió adoptar una actitud de resistencia manteniéndose firme en su proyecto.

Si en los primeros tiempos la marea verde perseguía la retirada del TIL, en los últimos meses la petición se había reducido a que el president dialogara con los docentes. La huelga de hambre de Jaume Sastre saltó de nuestras fronteras y apenas un día después de abandonarla, se convocaba a una mesa sectorial que presidió, por primera vez en meses, la consellera de Educación, Joana Maria Camps, y el secretario autonómico, Guillem Estarellas. El Govern dio una directriz: "En cuanto a interinos se les dará lo que pidan". Eso sí, el TIL no se toca.

Fruto de esas negociaciones ha sido la firma de un pacto de estabilidad para interinos y la promesa de mejorar condiciones sociolaborales que se negociarán este mes y se quieren dejar cerradas antes del 30 de septiembre. ¿De qué condiciones hablamos? Ratios, plantillas, sustituciones, complementos salariales... Es decir, todo lo que se recortó los primeros años de legislatura. Tras los cursos de palo, ahora llega el de las zanahorias. El Govern conseguiría así contentar un poco al colectivo docente, además de arrimarse a los sindicatos y fragmentar la unidad de acción conseguida con la Assemblea de Docents. Se persigue debilitar al movimiento, pero este tiene clara su estrategia y le van a poner difícil a Bauzá su lavado de cara ya que reactivarán la huelga en la precampaña electoral.