Antes de renunciar a su trono terrestre, el Rey abdicó de su trono marítimo, el yate Fortuna. Hace exactamente un año, La Zarzuela atribuyó la devolución de la embarcación a un ejemplo de austeridad regia y de solidaridad con las estrecheces que atraviesa la ciudadanía. Conmovedor, además de radicalmente falso.

Juan Carlos de Borbón no tenía la mínima intención de renunciar al Fortuna. En esta página de nuestras tribulaciones desvelamos uno de los secretos mejor guardados. El Rey solo se desprendió de su juguete de veinte millones de euros porque fue obligado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Sin negociación posible, al Jefe del Estado no se le concedió más opción que presumir de una imaginaria contribución a la contención del gasto público.

En contra de la ficticia voluntariedad de la renuncia, al Rey le afectó sobremanera la imposición de la pérdida del Fortuna. Se quejó amargamente a sus íntimos de lo que tachaba de intromisión en su área de competencia. Por su parte, el Gobierno obligó al monarca a quedarse en dique seco porque tenía pánico a que se desvelara el auténtico costepara el Patrimonio Nacional del mantenimiento de un yate regio. Se ha enfatizado la factura de 25.000 euros para llenar los depósitos, y es lo de menos.

El Rey encajó como una humillación adicional que el Gobierno le comunicara que el Fortuna era insostenible en sus aposentos palaciegos de La Zarzuela. Aunque acató la decisión a regañadientes, el Jefe de Estado se sintió profundamente agraviado, al considerar que el mantenimiento del yate no suponía un dispendio de la magnitud suficiente para justificar la requisa.

Trece años después de su construcción, el Fortuna que los hoteleros le compraron al Rey con el dinero de los mallorquines ofrecía unas condiciones de estabilidad ideales, dada la declinante situación física de su destinatario. Era el único yate donde podía mantenerse en pie, aparte de que una cosa es arrinconar la navegación en favor de la caza y otra entregar una propiedad de lujo.

Cuando la exigencia del Gobierno se vistió de cara a la galería como una renuncia responsable del Rey, a los cortesanos de la prensa madrileña les faltó tiempo para sublimar el sentido del Estado de un monarca que en realidad lloraba la pérdida forzosa de su preciada posesión. Enhorabuena a los hagiógrafos, han mantenido el olfato en la segunda abdicación. En cuanto a los empresarios que ahora revenden un Fortuna de segunda mano, pueden adjuntar a modo de señuelo publicitario "el yate que un Rey se vio obligado a rechazar".

Llegamos así al meollo del artículo. Si se ocultaron los verdaderos motivos de la renuncia al Fortuna, ¿por qué habrían de ser ciertos los argumentos esgrimidos para la segunda abdicación del Rey esta misma semana? Responda usted mismo, no querrá que le haga todo el trabajo. Cuesta desligar el abandono definitivo de aquel primer bofetón del Gobierno, donde el monarca advirtió que se tambaleaban sus prerrogativas antaño intocables. La renuncia forzosa al yate lo había dejado por primera vez más triste que enfurecido, una debilidad que un Rey no puede permitirse.

A más de un periodista íntegro le está costando su puesto de trabajo la resolución del interrogante ¿en qué párrafo de la biografía del Rey tiene que aparecer el nombre de la princesa Ciccicorinna? Recuerde dónde leyó antes sobre los vuelos a Mallorca en reactor privado de la Betsabé de nuestro David. De hecho, la abdicación de Juan Carlos de Borbón corona Rey de España a Felipe de Borbón y Reina de Mallorca a Sofía de Grecia. Entretanto, Herr Kommandant Bauzá afirma que el saliente es el mejor monarca español de la transición. Esperemos que el farmacéutico también haya transmitido su efusiva felicitación a su órgano de propaganda, IB3, por haberle hecho perder dos de cada tres votos en solo un trienio. En un año más, los estragos pueden ser incalculables.

Todo lo cual nos lleva a un testaferro de cuentas suizas del que se va a hablar mucho, y que posee por supuesto una conexión mallorquina. Arturo Fasana está imputado en Gürtel por su labor en el manejo de fondos de la trama B del PP. También ha sido salpicado por la Operación Emperador del chino Gao Ping, que logró fotografiarse con los titulares de las más altas magistraturas del Estado antes de ser acusado de encabezar una colosal red de blanqueo.

De Fasana nos interesan aquí sus frecuentes viajes a Son Sant Joan para atender a sus numerosos clientes mallorquines, que rezan para que el juez Ruz no obligue a la Policía a levantar las tachaduras sobre los clientes del testaferro. Este simple gesto derrumbaría más de un imperio local. Fasana es nuestra Façana. Mietras tanto, usted siga pagando religiosamente al fisco, sin los tontos el sistema dejaría de funcionar. Y sí, también sabemos quién sufragaba los viajes a Palma de Ciccicorinna.

En la foto de Sabina Pons que hoy nos ilustra, los restos del aparato promocional de la plateada discoteca KISS provocan la lógica estupefacción en el imperio alemán de la Playa de Palma. El local nocturno fue una de las principales Facultades de Antropología Comparada y Compenetrada de Europa. Los turistas germanos, ajenos al sentido del humor mallorquín, consideran una afrenta el rótulo remanente. Por lo menos, antes de beberse los dos primeros litros de cerveza. He reído a gusto con Días de vinilo, la mejor interpretación de Leonardo Sbaraglia.

Reflexión dominical jerárquica: "Es más peligroso entregar el poder a un cobarde que a un enemigo".