­La tensión entre los socialistas baleares y el aparato en Madrid fue ayer in crescendo a raíz de la firme apuesta del PSIB de defender un referéndum para que la ciudadanía pueda opinar sobre el mantenimiento de la monarquía o su sustitución por una república, en contra del criterio de la dirección estatal a cuyo frente está Alfredo Pérez Rubalcaba.

La secretaria general del PSIB, Francina Armengol, dejó ayer la puerta abierta a que los diputados y senadores de su partido elegidos por Balears rompan la disciplina de voto en la aprobación por parte de las Cortes generales de la ley orgánica para la sucesión del Rey Juan Carlos por su hijo Felipe. De hecho, un diputado del PSOE por Balears, el menorquín Guillem García Gasulla, ya pidió ayer a su grupo parlamentario libertad de voto. Sin embargo, la portavoz del grupo socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, declaró que no se plantean esta posibilidad, con el argumento de que la ley orgánica lo que hace es tan sólo dar trámite y aceptar "una decisión voluntaria y legal" del Rey que es la abdicación, para que se pueda proceder conforme a la Constitución a su sucesión por el Príncipe de Asturias.

En cualquier caso, la intención de los diputados y senadores baleares del PSIB no sería votar en contra de la ley, sino abstenerse, para mostrar su discrepancia de forma simbólica. Esta cuestión, al igual que todo lo relacionado con la propuesta del referendo, será debatida "en el consejo político del próximo 12 de junio", anunció ayer Armengol, donde se tomará la decisión que acatarán los cargos socialistas de las islas. Un día antes se celebrará el consejo político del PSOE de Mallorca, que aprobará la convocatoria de una consulta para decidir el modelo de Estado. "La sociedad reclama más democracia y participación, y por eso defenderemos que la gente pueda opinar sobre el modelo de Estado que quiere, entre otras cuestiones", explicó ayer la líder de los socialistas mallorquines, Sílvia Cano.

Armengol recordó ayer que ella es una convencida "republicana" y afirmó que "estamos en un nuevo momento político", por ello reiteró su propuesta de celebración de un referéndum vinculante para que la ciudadanía elija entre la continuidad de la monarquía o la instauración de una república. "Cada persona tiene un posicionamiento respecto a si es republicano o si es monárquico. Yo en este momento estoy pidiendo una cosa que me parece más importante, que es democracia y que los ciudadanos puedan hablar y opinar, es tan fácil como esto, que la gente pueda decidir lo que quiere", remachó.

El diputado socialista por Balears Pablo Martín mostró ayer en los pasillos del Parlamento autonómico su absoluto respaldo a Armengol, y abogó por que la postura de la mallorquina se haga extensiva al grupo de diputados del PSOE en el Congreso, "donde hay muchos más republicanos que monárquicos", aseveró, incluyéndose entre los primeros.

"Lo que tenemos que hacer ahora en el PSOE es presionar, a ver cuánta gente comparte" el posicionamiento de los socialistas baleares. El propio Martín hará pedagogía ahora en su grupo parlamentario, para intentar sumar partidarios, y "espero que la gente hable a través de sus convicciones, y que el partido no se cierre". Martín también valoró "la valentía" de Armengol, que "se quedó sola" el lunes, rodeada de "muchos silencios", cuando lanzó su propuesta en medio de la ejecutiva federal del PSOE, totalmente reacia al referéndum.