El primer viaje oficial que realizaron Don Felipe y Doña Letizia a una comunidad autónoma fue a Balears, en mayo de 2005. Una visita en la que recorrieron todo el archipiélago y que tuvo una trascendencia política y mediática añadida, ya que coincidió con el anuncio del primer embarazo de Letizia. Se trataba de la primogénita de los Príncipes de Asturias, la infanta Leonor.

Fue el 8 de mayo de 2005 cuando los Príncipes, que se habían casado un año antes en la catedral de la Almudena de Madrid, aterrizaron en Mallorca. Pocas horas antes de su llegada, expresaban su "gran alegría" por el nacimiento de su primera hija. Su primer destino fue Marivent, donde se instalaron en su residencia de Son Vent.

Los debates sucesorios y constitucionales que se desataron por aquellos días acompañaron la visita de Don Felipe y Doña Letizia, que se dieron baños de multitudes. En Palma, visitaron la sede del Govern -el Consolat de Mar-, además de Cort, donde el Príncipe se reunió con los grupos municipales y se interesó por los problemas de la inmigración y la ordenación del territorio.

Agenda de actos

Los Príncipes de Asturias tuvieron una intensa agenda de actos durante su primera estancia oficial en Mallorca. Así, no faltaron visitas a Inca, sa Pobla, Formentor, además de un encuentro en la Almudaina de Palma con el mundo de la cultura balear. La fatiga de las primeras semanas de embarazo hizo que Doña Letizia se tuviese que ausentar de un par de actos en el Parlament y en la universidad. Don Felipe despachó también con los sindicatos, con quienes habló sobre políticas de empleo. En la tercera jornada de su visita oficial, se desplazaron a Menorca, donde asistieron a exhibiciones de baile folclórico, en medio de una gran asistencia de público. En la isla, el príncipe Felipe alabó "el afán de los menorquines por conservar y proteger el delicado equilibrio del privilegiado medio natural". A los Príncipes les esperaba a continuación un desplazamiento a Eivissa y Formentera, donde fueron obsequiados en Vara de Rey con un cachorro de ca eivissenc. En el discurso pronunciado en sa Llonja durante su último día de visita oficial, el Príncipe de Asturias, que utilizó el catalán y el castellano, aludió a la Constitución como el "más sólido pilar" para que España viva en libertad.