Adquirir los libros de texto siempre es uno de los gastos que los padres asumen con más temor cada septiembre, pero el próximo inicio de curso la cuestión será incluso más espinosa al juntarse varias circunstancias que dejarán a muchas familias solas en la emboscada ante un gasto que puede alcanzar los 300 euros.

A la reducción de las becas, que nunca han abundado en Balears, se añade que la conselleria de Educación esté dejando agonizar el sistema de reutilización. Por si eso no fuera suficiente, el próximo curso tocará cambiar los libros en varios cursos de Primaria por la aplicación de la nueva ley de Educación, la LOMCE. Añadamos otro elemento que también ha obligado a cambiar los currículos y los materiales didácticos: el TIL. Y no olvidemos que todo esto tiene lugar en el peor momento posible para las economías domésticas.

NUEVOS MATERIALES

La LOMCE supone revisar los contenidos de 150 materias

La LOMCE aterrizará en nuestras escuelas el próximo septiembre, empezando por primero, tercero y quinto de Primaria y la nueva FP básica (sustituta de los programas de cualificación profesional inicial, los PQPI). En total, la nueva ley supondrá revisar los contenidos de más de 150 materias y redactar los de las asignaturas nuevas. Dos ejemplos de cambios: uno, Conocimiento del Medio, que desaparece y cuyo contenido se distribuye en Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales; dos, la creación de la asignatura de Valores, alternativa a Religión que absorbe parte del currículo de la también extinta Educación para la Ciudadanía. A la ley orgánica, se suma en Balears el segundo año de aplicación del TIL, que ya ha supuesto este año cambiar algunos libros en los cursos en los que se ha empezado a instaurar este curso: primero, tercero y quinto de Primaria y 1º de ESO. Aún se desconoce cómo pretende Educación que continúe la evolución del TIL el próximo curso, aunque su plan inicial era que estuviera implantado en todos los cursos el periodo 2017-2018.

En un país de cambio normativo constante, los directores están tristemente acostumbrados a ir adaptando contenidos y libros y ya están resignados ante la LOMCE. Ahora solo piden, por una cuestión de pura practicidad, para saber a qué atenerse y empezar a organizarse: "Que hagan el despliegue curricular lo antes posible".

Así lo pide por ejemplo Jordi Escudero, presidente de la Asociación de Directores de Primaria e Infantil. También lo piden los padres. Vicente Rodrigo, presidente de la federación de asociaciones de padres FAPA, solicita además que Educación facilite "fusionar currículos" y permita así reutilizar el máximo posible de libros.

Rodrigo señala que desde hace dos cursos hay familias que acuden a las APAs en busca de ayuda ya que no pueden comprar el material escolar y los libros. "Hay niños que han ido a clase con bolsas de plástico del supermercado al no poder comprar una mochila", describe. FAPA ha podido cubrir estas necesidades gracias una campaña solidaria que recogió más de 300 mochilas, pero ante los libros nuevos "no se puede hacer nada", lamenta Rodrigo.

AYUDAS DIRECTAS

Pocas becas del Estado, pocas (o ninguna) de la CAIB

Lograr la gratuidad de los libros de texto para que la enseñanza pública sea realmente gratuita está siempre en boca de padres y de políticos: los primeros, no se cansan de exigirlo; los segundos, no paran de prometerlo. Para aproximarse a ese objetivo, la Defensora del Pueblo aconseja a las comunidades potenciar los sistemas de préstamo como el que ha estado funcionando en Balears y que permitía a las familias ahorrar hasta un 50%. Aquí la Conselleria ha desoído estas recomendaciones, ¿será por que han aumentado las ayudas directas?

No. Según los últimos datos hechos públicos por el Ministerio, Balears es la comunidad que menos dinero destina a becas educativas de todo el país. Según estas estadísticas, el curso 2011-2012, el Govern balear destinó a becas de libros y otros materiales un total de 0 euros.

Algunos ayuntamientos que también ofrecían ayudas para comprar libros también han recortado (o directamente suprimido) su aportación. Es el caso vivido en Palma, donde se empezaron a repartir ayudas que estaban en torno a los 70 euros el curso 2006-2007. El curso pasado Cort ya no abrió esta línea de apoyos escudándose en que no es una competencia municipal.

Balears destina poco a ayudar a las familias isleñas ante el gasto de los libros: ¿y el Estado? El ministerio acaba de hacer público que para este año reduce a la mitad su aportación, dejándola en 366.549 euros. El archipiélago se convierte así en la tercera comunidad más castigada por Madrid en este sentido. La justificación del ministro Wert es que el recorte en estas ayudas se compensará con un aumento de las becas generales, que benefician a las familias con renta más baja.

Ante unos ajustes que llegan desde todos lo frentes el representante de los padres no puede más que pedir una mejor dotación para este tipo de ayudas, que se dé autonomía a los centros para gestionarlas y que lleguen a las familias que realmente lo necesitan y, sobre todo, "que se convoquen en tiempo y forma" y no a toro pasado, con el curso ya finalizado. "Hay hogares, precisamente los que más los necesitan, que no pueden adelantar el dinero", argumenta.

LA REUTILIZACIÓN

Un sistema en declive que los centros quieren mantener

Escudero dirige el colegio Sant Bartomeu de Alaró, uno de los centros pioneros y más implicados en la reutilización de libros, un sistema que defienden no solo por el ahorro que supone a las familias sino también por los valores medioambientales que entraña.

El plan fue puesto en marcha por la consellera socialista Bárbara Galmés en 2008-2009. Los padres aportaban una cuota por participar y se comprometían a no estropear los libros para conformar así un fondo de materiales usados del que luego ellos recibirían los libros para sus hijos. Los inicios fueron tímidos (topando con la oposición de los editores y con los recelos de la red concertada), pero en septiembre de 2011 ya participan 22.057 alumnos de 172 centros de Primaria. La llegada del PP a la conselleria y los recortes hirieron al sistema y si antes Educación daba a los centros 75 euros por familia adherida al programa, Rafael Bosch los dejó en unos simbólicos 14 euros. Resultado: en tres años el sistema ha perdido 6.200 beneficiarios y los centros que siguen participando han tenido que aumentar la cuota.

Escudero indica que ahora cobran 100 euros a los padres mientras que un lote de libros cuesta entre 180 y 220 euros: "No podemos subir más la cuota porque no compensaría a las familias participar en el programa". Pero si ante la llegada de LOMCE han de renovar todo su stock de libros es evidente que necesitarán dinero y por eso confían en que llegue alguna subvención de Educación. Si no intentarán rascar de donde se pueda, empezando por los ayuntamientos, porque aseguran estar convenidos "de la necesidad de seguir manteniendo un proyecto de calidad como éste".

ENSEÑAR SIN LIBROS

La apuesta de dar clase con proyectos y recursos propios

Cada vez más colegios de las islas optan por prescindir de estos materiales. Ya sea por una cuestión de practicidad, razones económicas, criterios pedagógicos, o por todo a la vez, se extiende entre el profesorado la apuesta de trabajar las asignaturas de forma transversal, funcionando por proyectos cuyas temáticas eligen los niños según sus intereses y que sirven de excusa para tocar el contenido de varias materias. Los recursos propios, elaborados por los profesores aprovechando muchas veces elementos de la vida cotidiana (desde un mapa de la red de autobuses hasta la clasificación de la liga), están al alza. Así funcionan en centros como Es Pont o el Gabriel Vallseca del palmesano barrio de Son Gotleu, o el colegio de Son Anglada. Para los profesores que deciden saltar sin la red de los libros también juegan un importante papel los recursos digitales.

Desde el ministerio, José Ignacio Wert también parece apostar por los contenidos digitales, aunque el discurso de la escuela 2.0 hace ya mucho tiempo que se oye y su aplicación aún sigue siendo muy desigual de un centro a otro.