El expresident del Govern Cristòfol Soler (PP) y los exconsellers Damià Pons (PSM) y Antoni Garcies (PSOE), coincidieron ayer en que el futuro de la política y la sociedad balear pasa por "la defensa de la lengua, de la identidad propia de las islas y por un régimen fiscal" que compense el "grave desequilibrio" que sufre la financiación de las islas.

El coloquio se celebró en el Club Diario de Mallorca y estuvo organizado por la Fundació Gadeso. El presidente de esta entidad, Antoni Tarabini, se encargó de moderar el debate.

El primero en intervenir fue el expresidente Soler. Comenzó su exposición recordando que el se define como "demócrata cristiano y en ningún caso se considera ni liberal, ni tampoco neocon". Acto seguido afirmó que para las islas es fundamental que "se defienda la lengua y la cultura propia como elementos clave de nuestra identidad". Soler no se refirió en ningún momento a la política que está aplicando el Govern Bauzá, pero en sus palabras se pudo observar su desacuerdo con las decisiones tomadas por el Ejecutivo de su partido sobre los temas lingüísticos. Asimismo, calificó a la clase política actual de "angustiada" y recordó que los ciudadanos tienen "un sistema democrático, pero con unos partidos que no son del todo democráticos". Criticó el bipartidismo como una situación que "empobrece el sistema actual" y pidió que los ciudadanos puedan participar de forma mucho más activa en las decisiones de las instituciones. "A nivel municipal es triste que la gente de la calle se limite a participar una vez cada cuatro años. Yo creo que los ayuntamientos deben poder consultar decisiones importantes que supera sus limitaciones", afirmó Soler.

Sobre la financiación de las islas recordó los continuos recortes históricos que ha venido sufriendo Balears a lo largo de la historia y ello solo se puede arreglar con un régimen fiscal que "compense" el elevado porcentaje de aportación de las islas". Soler también echó una mirada a la historia para apuntar que en otros momentos de la historia se han vivido situaciones similares como el desprestigio de los políticos y las instituciones y el final no fue del todo satisfactorio.

El exconseller de Educación y Cultura Damià Pons lamentó la "falta de profesionalidad y conocimiento" de la clase política y criticó que el Govern de Bauzá "esté utilizando recursos públicos para exterminar nuestra lengua y nuestra cultura". Añadió que el Ejecutivo autonómico actual es "una diputación provincial castellanizada". Denunció que el PP está desprestigiando las autonomías para aplicar su política de españolización y recentralización del Estado con la colaboración entusiasta de los dirigentes políticos de nuestras islas". Pons añadió: "Otros (Cataluña) empiezan a estar hartos de estas políticas de recentralización y han encontrado una ciudadanía que está dispuesta a colaborar. Ahora España tiene una oportunidad histórica para mostrar su democracia dejando a un pueblo poder decidir su futuro". El exconseller de Educación aseguró que la Fundación FAES y el PP "han trabajado mucho para fomentar el independentismo en Cataluña".

Pons también se refirió a la financiación y pidió una respuesta ciudadana contra el desfase en la aportación de Madrid hacia la islas: "Es inadmisible que tengamos un déficit fiscal superior al 14%, es un problema que no han sabido resolver en 30 años y ahora es el momento", apostilló.

El exconseller y exsenador socialista Antoni Garcies también arremetió contra las políticas del Govern del PP: "Han creado un conflicto social y lingüístico donde antes no existía". Garcies pidió a la sociedad balear "que no se resigne ante los agravios contra nuestra cultura y nuestra identidad". Consideró necesario un replanteamiento del sistema democrático y de la financiación autonómica. Defendió que "en democracia se puede cuestionar todo, incluso la Constitución".