El director de infraestructuras y tecnologías del Servei de Salut, Ralf Drotleff, reconoce que el coste de la nueva tarjeta sanitaria es de 1,46 euros, cuando el Ib-Salut prevé cobrar casi siete veces más. Así al menos quedó constatado en el pliego de prescripciones técnicas que regirá el contrato mixto de servicio y suministro para la implantación, expedición y distribución de la nueva tarjeta con chip y foto del titular que recientemente sacó a concurso el Servei de Salut por un importe de 4,4 millones de euros.

En éste se prevé una modificación del contrato "en el caso de que el éxito de la nueva tarjeta requiera el suministro y entrega de un número superior al previsto (que es de 450.000 documentos)". El alcance de la modificación podía llegar hasta 135.000 tarjetas más a un valor unitario de 1,46 euros. Con este precio, las 585.000 tarjetas costarían 854.100 euros cuando el Govern recaudaría, a diez euros cada documento, 5.850.000. Por tanto, estos casi cinco millones de euros de beneficio se destinarán a pagar a la empresa ganadora del concurso. Desde UGT consideraron todo este asunto como un "gran negocio" para la empresa que gestionará la tarjeta y para las clínicas privadas ya que, denunciaron, se beneficiarán de las pruebas diagnósticas y de la información clínica que contenga el documento, evitándose así realizar nuevos análisis a sus pacientes de pago.