En Brasil y en Irlanda vuelan con billetes gestionados desde Mallorca. Ellos no lo saben, pero lo hacen. Y lo mismo le pasa a los millones de pasajeros que cada año surcan el cielo de los catorce aeropuertos de México y el Caribe que apoyan su operativa en tecnología mallorquina. Sí, mallorquina: pensada, diseñada, desarrollada y vendida por empresas que hicieron carrera en el Parc Bit, un rincón empresarial de nombre efectivo, descriptivo y sonoro que es hoy por hoy el mayor semillero de talento de la isla.

De él y de las 132 empresas que le dan músculo a la osamenta de un proyecto concebido para dotar a Mallorca de algo más que sol y playa se nutren ya países como Brasil, Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania o Chile, por citar solo algunos. Porque no son solo aviones y aeropuertos los que miran al Parc Bit en busca de soluciones tecnológicas. También lo hacen hoteles y negocios turísticos: en el Caribe y en la península. En Italia y en Panamá. Y en Brasil, donde se reservan habitaciones con bits mallorquines.

De la isla para el mundo. Y de la isla para otras islas: "En Mallorca producimos software para hoteles de Canarias. Eso quiere decir que algo hemos hecho bien", resume con deje de satisfacción Vicenç Matas, director gerente del Parc Bit, que se cuelga una medalla que probablemente merece. Ha vivido el alumbramiento y crecimiento de un proyecto que hoy parece irreversible. Nació con los titubeos del primer pacto de Progrés y estuvo a punto de ser liquidado en los estertores del Govern Matas, antes de convertirse en un polo de prosperidad que ha plantado cara a la peor crisis de la mejor manera: creando empresas. Muchas empresas. Decenas de ellas: el parque ha visto cómo sus músculos se hacían fuertes gracias al vigor de las 66 firmas tecnológicas que ya estaban en el año 2007 y a las 67 que desde entonces han florecido en los 19 edificios del parque que crece a los pies de la Tramontana.

Esa fibra empresarial de fuerza redoblada se asienta sobre todo en la producción de software y aplicaciones informáticas. El 38% de las empresas se dedican a eso: a los bits en estado puro. Se llaman 3 Digits, Sistemas de Gestión, SM2, Tec Soft, Bexap, Intelibit, Dome, eConcept y cuarenta nombres más. Pero hay más empresas. Y más sectores: por ejemplo el markéting y la consultoría crecen sin freno, sobre todo en nuevos entornos como las redes sociales y la recién nacida comunicación 2.0. También avanzan la biotecnología y el audiovisual, a la espera del próximo empujón al parque del futuro, el que se espera de tres sectores con pinta de triunfo en la Mallorca del siglo XXI: el náutico, el aeronáutico y el relacionado con la gestión y la calidad medioambiental.

Ya se han dado pasos en las tres líneas. Abren camino empresas como Portbooker y Reservas 123, compañía ésta última que tiene tres sedes en todo el mundo: Nueva York, Brasil... y el Parc Bit, que no es la Gran Manzana pero se está poniendo en el mapa del ingenio mundial. "Hace unos años no nos conocía nadie. Ahora existimos: trabajamos con dos redes europeas de investigación y tres nacionales, conectando a nuestras empresas e investigadores con colegas de todo el mundo. Hoy competir e innovar en solitario es casi imposible. Aquí lo hemos comprendido y trabajamos con socios en Alemania, en Francia o en Italia", resume Toni Viader, una de las piezas clave del parque: por su despacho de responsable de innovación pasan los proyectos llamados a liderar la Mallorca de mañana. Casi nada. "Es que por encima de todo lo que queremos ser es un semillero de empresas. Nuestra apuesta es crear empresas nuevas. Tenemos una incubadora en la que hay 57 empresas, y nuestra tasa de supervivencia es la más alta de Europa: el 67% de las empresas que nacen aquí salen adelante. Eso es muchísimo: hablamos de proyectos de alto riesgo, de ideas basada en la tecnología y asentadas en recursos que son limitados", aclara Viader, que recuerda que en este mundo global hay algo muy difícil de replicar: el talento y el saber hacer.

Las ´gasolineras´ del futuro

Se refiere así al conocimiento, a ese pomposo anglicismo de moda, el know-how (saber hacer), encarnado en Mallorca en retos como el que persigue ahora mismo Ingeniería Sampol: el ingeniero mallorquín más internacional trabaja con el Parc Bit en un proyecto que trata de definir la futura red de recarga de baterías del coche eléctrico. Así que las gasolineras del futuro se piensan en Mallorca. "De lo que se trata al final es de convertir la innovación en un medio para llegar a una economía sostenible basada en la investigación y la creatividad, que dan pie a empresas difíciles de copiar", reflexiona el responsable de innovación del parque, que insiste sin desmayo: no es solo que el Parc Bit haya duplicado sus empresas en dos años, es que además no son empresas cualquiera.

Que la Mallorca del futuro no vivirá solo de vender sombrillas, habitaciones, cervezas y tortillas de patata al pie del mar. "Eso al final lo puede hacer Túnez más barato. Aquí estamos generando algo que no se puede robar fácilmente", sintetiza Vicenç Matas. Aunque el pez grande pesca en todos los caladeros. Y roba talento en Mallorca, claro: del Parc Bit y las empresas de imagen punteras que germinan en torno al Ladat, el laboratorio audiovisual de la Universidad, han salido algunos de los talentos que hoy dibujan los personajes animados de gigantes mundiales de la industria del entretenemiento como Disney o Pixar. Porque exportar talento es otra forma de sembrar: los caminos rápidos y bien señalizados atraen a muchos peregrinos en busca de esa tierra prometida que es el éxito profesional. Lo saben bien en el propio Ladat, donde forjan talentos para esa fábrica de sueños y euros que es la animación 3D.

El talento atrae dinero

Porque el talento atrae miradas, piropos y billetes por millares. Ahí está Microsoft. Que no hay mejor halago que el que firmó Bill Gates cuando invirtió en la isla para convertirla en referencia mundial para la creación de software turístico: hoy todo programa asociado al turismo que desarrolla Microsoft sale de su centro de trabajo mallorquín. Y eso son muchos euros. Millones. Aunque no los amasa solo Microsoft. En el parque del presente y el futuro crecen hoy dos sueños ambiciosos devenidos realidades mastodónticas: son Logitravel y Orizonia, dos empresas con edificio propio en el parque que generan más de 50 millones de euros al año. O como Sistemas de Gestión, a la que en la dirección del Parc Bit ven como uno de los gigantes por venir.

Para otras el camino aún es largo, aunque lucen muy buenas maneras. En el sector biotecnológico hay varias empresas con el horizonte soleado. "El 20% de las biotecnológicas españolas que están en fase de ensayo preclínico [o sea, muy cerca del éxito farmacéutico] son del Parc Bit", presume Viader, que saca pecho con pasión por un sector que es el suyo, antes de poner las cosas en su justa medida: el 20% son dos de las diez biotecnológicas españolas que huelen a triunfo. Se llaman Lipopharma y Sanifit. La primera ha logrado resultados "espectaculares", según Vicenç Matas, con fármacos antitumorales y tratamientos contra enfermedades neurodegenerativas (amén de un proyecto para crear una salsa sin colesterol que reduce la presión arterial y los triglicéridos). La segunda, Sanifit, trabaja en fármacos que previenen la formación de cálculos renales. Y lo hace aquí, en Mallorca, la isla de la cal. La del sol y las playas. La del turismo de siempre. Y la del futuro de un mundo que se mueve a base de bits. Como el Parc Bit.