Comprar actualmente una vivienda en Balears resulta un 17,7% más barato que a finales de 2007, según el informe publicado ayer por la sociedad de tasación Tinsa. Esta bajada se sitúa entre las más moderadas de España, cuya media es del 18,1%, frente al recorte del Levante peninsular del 25%.

Según el presidente de la patronal de promotores isleños, Gabriel Oliver, un factor ha sido decisivo para explicar por qué los precios de los inmuebles muestran descensos más débiles en el archipiélago que en otras zonas del país: aquí las entidades financieras se han hecho cargo de un número de viviendas relativamente moderado, lo que a evitado que llenaran el mercado de pisos con fuertes descuentos para deshacerse de ellos.

Oliver opina que el descenso esgrimido por Tinsa es un tanto excesivo, y lo rebaja hasta un 15%. Sin embargo, reitera que esta bajada ha sido controlada por los propios promotores en lugar de haber sido impulsada por las cajas y los bancos. "Las entidades financieras de las islas se han quedado principalmente con suelo y no con viviendas, lo que ha evitado entrar en la guerra de precios a la baja que han protagonizado en otras zonas".

Pese a ello, Tinsa destaca que el descenso que se ha dado en las islas a lo largo del último año (entre octubre de 2010 y ese mismo mes de 2009) ha sido del 5,5%, es este caso por encima de la media estatal, del 4,6%. La costa mediterránea peninsular protagoniza de nuevo el recorte interanual más acentuado (6,7%).

En cualquier caso, Gabriel Oliver se declaró convencido de que el descenso en el precio de la vivienda balear "ha tocado fondo", ya que ir más allá supondría poner en el mercado inmuebles con un valor inferior a su coste y la consecuente "desaparición" de algunas empresas promotoras.

Pero además aseguró que en el sector comienza a imponerse el optimismo a la vista de como han ido evolucionando las ventas durante este año, a un ritmo muy superior al de la conclusión de nuevos inmuebles.

En concreto, el dirigente empresarial subrayó que durante el presente ejercicio se concluirá la construcción de 2.000 nuevos pisos en Mallorca, mientras que las ventas alcanzarán las 4.000 viviendas.

De esta forma, aseguró que en la isla se puede quedar unos 3.900 inmuebles nuevos a la espera de un comprador.

Oliver rechazó tajantemente la estimación realizada por el Consell Econòmic i Social (CES), que afirmó recientemente que Balears cerró el pasado año con unos 13.000 pisos nuevos sin vender, y achacó las discrepancias existentes en esta materia a que este organismo no ha contabilizado el elevado número de viviendas que en este momento se construyen en autopromoción, es decir, que encarga su edificación la misma familia que va a vivir en ellas y que, consecuentemente, no se ponen luego a la venta.

Reactivar la edificación

Gabriel Oliver aventuró que a este ritmo de ventas, o incuso aunque se debilitara ligeramente, las empresas promotoras isleñas podrán retomar la construcción de nuevos inmuebles durante el último semestre del próximo año, aunque matizó también que este pronóstico depende en buena parte de condicionantes externos.

El primero de ellos, según apuntó, es que las entidades financiaras vuelvan a conceder créditos hipotecarios a las promotoras para poner en marcha nuevos proyectos, ya que en estos momentos ese grifo permanece cerrado.

Pero además puso de relieve la necesidad de que las Administraciones del archipiélago "hagan los deberes" para no bloquear cualquier posible iniciativa empresarial en este sector.

Para empezar, reclamó a los Ayuntamientos que completen su adaptación al Plan Territorial de Mallorca, ya que siguen siendo una minoría los que han cumplido este requisito.

Y apuntó también la necesidad de que la Comisión Balear de Medio Ambiente cuente con más medios para evitar que siga actuando como "embudo" en el que la tramitación de muchos de estos proyectos se ve paralizada.