El presunto agresor del médico fue trasladado ayer por la tarde a los calabozos de los juzgados de Vía Alemania de Palma, dónde, tras prestar declaración ante el juzgado de guardia, el juez José Castro acordó su ingreso en prisión provisional bajo fianza de 15.000 euros acusado de un delito de atentado contra la autoridad y otro de lesiones.

Asimismo, el magistrado acordó que, una vez que el presunto agresor haya satisfecho la fianza, se dicte una orden de alejamiento para impedir que esta persona pueda acercarse a su víctima, el doctor Passardi. El detenido, asistido por el abogado Gaspar Oliver, admitió los hechos ante el juez.

A lo largo del día de ayer se convocaron concentraciones a la una del mediodía en todos los centros de salud de la isla en protesta por la brutal agresión a un compañero. El Colegio de Médicos emitió un comunicado condenando el inaceptable ataque y anunciando su personación como acusación particular en este nuevo caso de violencia contra un compañero en el ejercicio de sus funciones. Mientras tanto, en la unidad básica de salud de Portals Nous, los tres trabajadores del centro hicieron un solitario y solidario parón por su compañero.

El enfermero Andreu Bruno seguramente agradeció su corpulencia en una jornada como la que vivió el pasado miércoles. "A una paciente del doctor le entró un ataque de histeria, por lo que acudí a la consulta y le conminé a que saliera. Le dimos un diazepán para que se tranquilizará y se quedó fuera, sentada. Al cabo de una hora seguía allí y le pregunté qué estaba esperando, que porque no se iba a casa. Me contestó que estaba esperando a que su hijo viniera a recogerla", relató los hechos Bruno.

"Estaba en mi consulta cuando de repente oí un gran alboroto en la habitación contigua. Abrí la puerta que comunica ambas salas y me encontré al médico en el suelo con un joven encima golpeándole con saña. Me interpuse entre ellos, les separé y saque al joven de la consulta", confirmó el enfermero, para quien el agresor "era un joven de unos treinta años, fornido, y desde luego que sabía pegar. Creo que se le cruzaron los cables y le provocó una fractura órbital", aventuró. Lo que sí sorprendió a Bruno es que el joven permaneciera junto a su madre esperando fuera de la consulta hasta que llegó la policía local, que se lo llevó detenido.

A Margarita Hernández, la administrativa del centro de salud, todavía no se le había quitado el susto. "Primero empezó con los lloros y gritos de la paciente, que sufría un ataque de ansiedad. Luego, tras la llegada del hijo, empezó el alboroto. Cuando acudí a la consulta y abrí la puerta, el médico estaba en el suelo junto a un gran charco de sangre", explicó.