El empresario Juan Velasco, socio principal del Grupo Clave de Comunicación, confesó ayer ante el juez del caso Ibatur que su agencia de publicidad tenía un trato de favor dentro de la empresa pública del Govern encargada de la promoción turística, a lo largo de la pasada legislatura.

Según pudo saber este diario, Velasco admitió que Clave resultó adjudicataria de más de un centenar de contratos gracias al amaño de concursos públicos y fraccionamiento de contratos, una práctica ilegal en la Administración. Según fuentes jurídicas, el empresario reconoció haber presentado él mismo presupuestos y ofertas falsas de otras empresas para garantizarse ser el ganador en procedimientos negociados y concursos del Ibatur.

Clave se beneficiaba de la presunta trama corrupta a través de sus sociedades filiales La Moderna, Iruo, Basse de Disseny, Quid Gràfic y Divulgalis, que iban rotando para intentar disimular las irregularidades en la contratación.

Desvincula a su socio

Velasco, muy conocido en el mundo de la comunicación de Mallorca, a lo largo de las tres horas que duró su declaración desvinculó de los supuestos delitos a su socio Albert Vergés, tal y como ya había hecho él mismo al deponer ante la Policía durante su detención el pasado jueves. Vergés alegó que él era el creativo de la agencia y no se encargaba de las relaciones con los responsables políticos del Ibatur, si bien admitió que conocía el sistema de fraccionamiento de contratos y facturas con el que el organismo público beneficiaba a su grupo empresarial.

Otro de los imputados del caso, Miquel Àngel Bonet, pese a reconocer el trato de favor que tenía Clave, se desmarcó de la decisión y afirmó que su continua contratación le venía impuesta desde arriba, es decir, por parte de los políticos, primero Juan Carlos Alía y después Raimundo Alabern. Bonet fue más allá y dijo mostrarse sorprendido de que la mayoría de los 127 contratos menores con presuntas irregularidades fueran para Clave.

Hacienda y comisiones

De lo trascendido de la investigación, se ha sabido que Clave fue objeto de una inspección de Hacienda que detectó gastos por valor de medio millón de euros sin justificar. Los investigadores del caso Ibatur sospechan que esta salida de dinero sirvió en realidad para pagar comisiones, entre otros, a Bonet. El imputado lo negó en rotundo, al igual que lo hizo Velasco en su turno.