Dulce Linares, la antigua jefa de gabinete de Jaume Matas, ha denunciado ante el juez José Castro haber tenido presiones del entorno del ex presidente del Govern. En concreto recibió dos llamadas telefónicas, una de ellas de un teléfono con prefijo extranjero y la otra de Francisca Pascual, secretaria personal del ex político del PP y antigua compañera codo con codo en el Consolat. Dulce Linares, conociendo de quién se trataba, no contestó a las llamadas telefónicas.

Estas comunicaciones se recibieron días antes de que el juez Castro, que investiga el origen del sospechoso patrimonio del ex líder del PP en Balears, le llamara a declarar. Esta cita ante el magistrado se produjo el pasado día 23 de marzo, y Matas abandonó el juzgado con una petición de una fianza de tres millones de euros, que hizo efectiva días después a través de un aval del Banco de Valencia. Cuatro días antes de que se produjera esta declaración, Linares acudió ante el juez, acompañada por sus abogados Eduardo Valdivia y Carlos Barceló, para poner en conocimiento estas presiones que estaba recibiendo del ex presidente.

Al no contestar Dulce Linares a las llamadas telefónicas, los comunicantes intentaron ponerse en contacto con ella a través de su marido. El esposo también ha denunciado que recibió una llamada de un número que no tenía grabado en su agenda. Al contestar descubrió que se trataba de la voz de una mujer que se identificó como "Xesca". De inmediato, según los denunciantes, reconocieron a esta mujer como Francisca Pascual y la señalaron como la antigua secretaria personal del ex presidente.

El marido de Linares detalló al juez que Pascual le pidió que dijera a su esposa que el ex presidente del Govern quería hablar con ella. Le anunció también que quería hacerle dos preguntas de "carácter técnico", sin concretarle de qué se trataba. El esposo, que también acudió al juzgado, indicó al juez que está "muy quemado" con la situación que atraviesa su mujer al haber sido imputada en el caso Palma Arena. Así se lo hizo saber a Francisca Pascual y le indicó que Linares no quería hablar ni con ella ni con Matas, porque consideraba al ex ministro el máximo responsable de los problemas que sufre su pareja.

A pesar de estas palabras, Francisca Pascual insistió en la necesidad de que Dulce Linares comunicara con su antiguo jefe, y su marido le anunció, y así se lo explicó al juez, que si alguien intentaba contactar con su esposa de alguna manera, él "personalmente tomaría medidas".

Este acercamiento fallido se produjo días después de que la jefa de gabinete de Matas, que formaba parte del consejo de administración del consorcio que construyó el Palma Arena, realizara una nueva declaración ante el juez Castro.

Apuntó hacia arriba

Linares manifestó que fueron el ex director general de Deportes, Pepote Ballester, y el propio Matas quienes tomaron las grandes decisiones en la construcción del velódromo. La ex jefa de gabinete manifestó al juez que resultaba "inadmisible que a estas alturas [Matas] pretenda mantener una conversación conmigo con la excusa de que quiere formularme dos preguntas técnicas. A quien se las tiene que trasladar es a mi abogado", zanjó.