JUAN PIGUILLEM GARCÍA

Ex consejero delegado Alcázar

· Este alto directivo de la inmobiliaria participada por Sa Nostra conocía a Antonio Mascaró, director adjunto de Banca March, de una operación relacionada con el cementerio de Bon Sosec –instalación que generó un escándalo en los años 90–. Según Moll, intervino en todas las negociaciones y diseñó la operación.

SIMÓN GALMÉS CERDÓ

Ex vicepresidente Banca March

· En aquella época amigo de Moll y hombre clave en las finanzas mallorquinas de los años 80 y 90. Galmés dice que tras la venta de sus activos, Moll trató de recuperar los establecimientos de Sa Coma. Para ello, quería que intercediera ante Sa Nostra para que la caja le vendiera esos inmuebles a un precio inferior al de mercado.

ANTONI MASCARÓ GOMILA

Ex director adjunto Banca March

· Según la acusación, conocía el alto valor del patrimonio de los Moll. Sin embargo, ayer dijo que el Banco de España les prohibía financiar a Royaltur, y que tuvieron que hacerlo a espaldas del supervisor. "Las hipotecas valían más que los activos. Nos engañaban y nos contaban cuentos chinos", declaró ante el tribunal.

JUAN LLORENS BELTRAN

Ex director general de Alcázar

· Le atribuyen una intervención personal en los hechos y realizar las comprobaciones de las cuentas del Grupo en la sede de Son Castelló. "Tenían miedo de que su situación de quiebra trascendiera en Palma", dijo ayer. "El hijo, Antonio Moll, metía la mano en la caja. Le dije, ´Toni, esto se ha acabado", relató.

JAIME MOLL TRIAY

El dueño de Royaltur

· Afirma que utilizaron su amistad para estafarle. Sostiene que el patrimonio inmobiliario del grupo ofrecía una solidez positiva. Que los acusados iniciaron una táctica de acoso para desmoralizarle y humillarle, a fin de que vendieran sus acciones. Cosa que ocurrió en 1995. Cifra el quebranto en 15.660 millones de pesetas.