Por más veces que el periodista lo intenta, no obtiene una respuesta clara a su pregunta: "¿Quiénes son todas estas personas que acompañan al señor He Guogiang?" Ni el responsable de prensa del gobierno chino ni su encargado de protocolo saben por dónde empezar, ante las decenas de altos cargos, ayudantes y reporteros –algunos podrían parecer simples turistas– que avanzan rodeando al secretario del Comisión central de la Inspección Disciplinaria del Partido Comunista Chino, mientras pasa en Mallorca el día libre que le ha dejado su viaje oficial a España.

La agenda que solicitó el político oriental hubo de ser profusamente recortada, aunque se mantuvieron tres demandas: el castillo de Bellver, la Cartoixa de Valldemossa, el Parc de la Mar de Palma (para ver la Seo reflejada en el agua)... y se añadió una visita relámpago a la playa de Ses Fontanelles, por insistencia del alto cargo. Según explicó, Mallorca es muy popular entre los jóvenes chinos gracias a internet, y se mantiene un ojo puesto sobre sus cualidades turísticas: "¿Cuántos hoteles de cinco estrellas hay en Balears?"

Aunque el viaje suponga un descanso en la agenda del alto mandatario –el número ocho del Politburó chino–, la cortesía con las autoridades locales se vigila hasta el último detalle, y se solicitan instrucciones continuamente a los jefes isleños de protocolo. Por la mañana, el grupo ha recibido la bienvenida del delegado del Gobierno español en Balears, Ramon Socías; y ha visitado al president Francesc Antich en el Consolat de Mar, con quien ha intercambiado regalos: una carpeta de grabados de Francisco Fuentes para He; una tetera para Antich. Al parecer, está realizada con una arcilla que le da un sabor especial al té. Han comido juntos en la Bahía de Palma: raviolis de sepia a la mallorquina, pescado de lonja con verduras a la plancha: He, de una provincia de interior y acostumbrado al pescado de río, celebra el sabor del pescado de mar; los invitados asiáticos se sorprenden al ver que algunos comensales españoles prefieren la cerveza al vino.

Por la noche, He quiere recorrer el Passeig Marítim de Palma, "para dar una vuelta tranquila", apostillan rápidamente desde el departamento de protocolo.

Pero ¿qué es lo que más ha interesado al mandatario chino en su visita? En Valldemossa aseguran que ha sido la raíz china conservada en un pote de la botica de la Cartoixa como remedio contra el reúma.