La consellera de Comercio, Industria y Energía, Francesca Vives, mantiene un hilo de "esperanza" respecto a la viabilidad de la fábrica de grifos de Binissalem Casa Buades. La representante del Govern balear se reunió ayer con los responsables de la factoría propiedad del Grupo Teka y a la salida del encuentro manifestó que existe una "pequeña luz" en el túnel en el que se ha convertido el expediente de regulación de empleo sobre el total de la plantilla, 173 trabajadores.

"Hemos mantenido un intercambio de opiniones y existe una pequeña posibilidad de que todo no se vaya al traste. Si todas las partes hacemos un esfuerzo puede que se consiga algo", manifestó Francesca Vives, quien se trasladó hasta Binissalem junto al director general de Promoción Industrial, Antoni Femenias, y el secretario General, Sebastià Reixac. Por parte de la empresas, participó entre otros el consejero delegado de Casa Buades y del grupo Teka, Arturo Baldasano. "Este es un paso más en la negociación. Nos hemos puesto a su disposición para impedir un final que sería trágico", abundó la consellera.

Hay un plan

La "pequeña" esperanza mencionada por Francesca Vives corrobora la información publicada ayer por este diario referente a un plan de viabilidad presentado a la gerencia de la empresa por parte de un grupo de directivos.

El documento garantiza la continuidad de la planta de Binissalem pero con menos de la mitad de la plantilla. La propuesta entregada el pasado viernes prevé recortes de empleados en distintas áreas de la factoría y la supresión de servicios contratados a compañías externas.

Los autores del plan, entre los que hay directivos de las áreas de finanzas, producción, logística y comercial, proponen eliminar determinadas externalizaciones, como la contratación de la limpieza, e incorporar determinados trabajos que se estaban desarrollando fuera de la fábrica, caso de los talleres y la aportación de los presos de la cárcel de Palma, quienes se encargan del empaquetado de los productos.