La formación regionalista de Jaume Monserrat dejó ayer la puerta abierta a gobernar con el Partido Popular de Catalina Soler. "No tenemos un posicionamiento claro", confesó ayer por la mañana el líder de El Pi, quien añadió que "no es el momento de hablar de acuerdos 24 horas después de las elecciones". "Hay tiempo para estudiar los resultados", comentó, al tiempo que insistió: "Analizaremos el pacto que se pueda hacer".

En caso de sacar adelante este acuerdo, los populares y El Pi necesitarán el apoyo de Vox para gobernar. Una opción que podría perjudicar la imagen de la formación regionalista, al votar en sintonía con el partido de extrema derecha. Por otro lado, Xisco Monserrat, líder de Vox, confirma que él sí estaría dispuesto a apoyar este pacto desde fuera.

Si bien El Pi es clave para decantar la balanza hacia un gobierno progresista o, por contra, un ejecutivo conservador, también lo es la revelación de Bloc per Felanitx, que puso sobre la mesa su intención de situarse en la oposición. Con la confesión de Joan Xamena, la opción de reeditar el pacto PSOE, Bloc per Felanitx y El Pi que ha gobernado durante estos últimos cuatro años se aleja.

"Hemos perdido las elecciones. No sabemos quién las ha ganado, pero lo que está claro es que la ciudadanía no ha valorado nuestro trabajo", subrayó Xamena, quien afirmó que no se esperaba perder tantos votos -han pasado de cinco concejales a tres y se colocan en la tercera posición-. El líder del Bloc per Felanitx comentó que la formación debe reunirse estos días para analizar los resultados, ya que "nosotros hemos sido los únicos del pacto que han perdido".

"Si miramos los resultados, los felanitxers nos han colocado otra vez en la oposición", indicaba Xamena. Por ello, el candidato de la formación ecosoberanista deja en el aire si gobernará o estará en la oposición. Lo que si aclara es que descarta repartir la vara de mando entre los tres candidatos del bloque progresista. "No hay que pactar així com així. Estamos en contra de dividir la alcaldía entre tres", sentenció.

En caso de no entrar en el ejecutivo municipal, una de las alternativas que se bajaran es el acuerdo entre el PSOE y El Pi con el apoyo desde fuera del Bloc. Una opción viable aunque la llave la tiene El Pi.

Sea como fuere, es la opción que los socialistas contemplan. El líder Xisco Duarte se mostró ayer "muy contento" con los resultados obtenidos, ya que hacía ocho años que el PSOE no lideraba el bloque de izquierdas. "Tenemos claro que no pactaremos con la derecha y que queremos continuar con lo que tenemos [en referencia a reeditar el pacto]", apuntó Duarte. El socialista apuesta por consolidar el acuerdo y, en esta ocasión sí, se postula como alcalde de la localidad. "No renunciaré a la alcaldía", zanjó. Cabe destacar que en las pasadas elecciones los socialistas firmaron un acuerdo de gobernabilidad y descartaron el trono.

Un pacto entre PSOE y El Pi podría beneficiar al ejecutivo felanitxer, puesto que a nivel nacional y autonómico los socialistas lideran la lista.

Soler vuelve a Felanitx

Quien fuera alcaldesa en 2007 y senadora en 2015, vuelve al municipio. Catalina Soler valoró muy "positivamente" los resultados y destacó que la tendencia del PSOE no se ha consolidado en Felanitx, donde el PP ha obtenido casi 900 votos más que los socialistas.

Soler mostró su intención de gobernar tanto en minoría como en "coalición con El Pi con acuerdos puntuales con Vox" y matizó sus palabras afirmadas durante campaña: "No es lo mismo pactar con Vox que llegar a acuerdos puntuales". Tanto PP como El Pi coinciden en que no tienen líneas rojas: "a nivel municipal todos tenemos los mismos proyectos".

Asimismo, Unidas Podemos también ha irrumpido en la casa consistorial. El que fuera presidente del Parlament, Balti Picornell, ha obtenido un regidor, aunque no es suficiente para darle la mayoría a la izquierda. La incertidumbre cubre el municipio, que dispone del abanico político más amplio que nunca. Todo dependerá de los acuerdos y El Pi vuelve a tener la clave.