De safari

Intxaurrondo no logra animar el mitin socialista en Palma

Nadia Calviño no supo aprovechar en su discurso el vídeo viral de la periodista de TVE desmontando en directo los bulos de Feijóo

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Con la noticia del día ya en todos los medios digitales y corriendo como la pólvora en las redes sociales -la periodista Silvia Intxaurrondo desmontando en directo los bulos de Feijóo-, el acto de campaña del PSIB-PSOE en la facultad de Turismo de la UIB tiene únicamente dos resultados posibles: ser un mero trámite o una reunión de la progresía donde aún se atisba alguna esperanza de poder ganar las elecciones.

A excepción de Francina Armengol, el mitin fue adormecedor. El calor ayudó, así como una universidad desértica y en silencio, donde parece que el tiempo se ha detenido. El oxígeno insuflado por Intxaurrondo a los socialistas a solo cinco días de las elecciones apenas se nota en la sala de actos. El vídeo de la periodista, que ya lleva más de cuatro millones de reproducciones, debería tener sobre el electorado progresista el efecto que provocan los monólogos del líder de Desokupa entre sus miles de seguidores de ultraderecha. Es decir, «un subidón», como el que aseguró sentir José Hila al subir a la tarima de la facultad. Un subidón de verdad, además, contra la mentira.

Quizá la izquierda debería frecuentar más esta senda: la de derribar las falsedades, los datos erróneos y las manipulaciones premeditadas con comprobaciones constantes y comunicar todo ello con argumentos sólidos y cifras correctas que respondan a la verdad de los hechos. El problema es si sabrán hacerlo viral como sí consiguen con sus ficciones (vendidas como las noticias de verdad) Daniel Esteve, Javier Negre o Alvise Pérez.

Como el día va de periodistas, otro profesional de Mallorca, Felip Palou, ha resumido en diez puntos por qué las derechas ganarán por mayoría absoluta las elecciones del 23 J. En uno de ellos apunta que la sociedad es cada vez más individualista y conservadora. «Somos ciudadanos, pero sobre todo consumidores, por ellos los derechos sociales potenciados en el relato de la izquierda se difuminan con los individuales», reflexiona. «La izquierda apunta siempre a los principios, a los modelos, a los cambios. Hace planes y proyectos, pero su mundo ideal no conecta con el votante/individuo/consumidor», sostiene. Y pone un ejemplo sencillo: «La gran mayoría estará de acuerdo que la ola permanente de calor de este verano es emergencia climática. Pero el calor es tan intenso ahora que el individuo/consumidor responde comprando aire acondicionado». Pues eso, Calviño se llenó la boca hablando de futuro, de proyectos, de modelos de progreso, de nueva revolución industrial... La vicepresidenta económica casi nombró tan poco a Sánchez como a Feijóo (ni lo mencionó).

Sólo Armengol presentó un tono animoso. Y citó dos veces al gallego. Incidió en sus mentiras «pronunciadas en los debates» y en la necesidad de poner en los gobiernos a personas que crean en la ciencia y en el bien común. Pidió el voto hasta de los antiguos votantes de El Pi y Ciudadanos.

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