Jaume Matas reaparece en Can Picafort con Rodríguez y con la cúpula de su PP

Jaume Matas y sus principales hombres de confianza en el PP, empezando por José María Rodríguez, se reunieron ayer a manteles en el restaurante Mar y Paz de Can Picafort, en lo que puede calificarse de una auténtica cumbre del partido en la sombra. La comida informal no impidió que uno de los principales asuntos a debate fuera la marcha de la campaña electoral, con especial atención a las expectativas de los populares el 28M.

Capitaneados por Matas y Rodríguez, al almuerzo asistió también Miquel Ramis, que fue conseller en el primer Govern del expresident, diputado, senador y secretario del PP balear. También estaba convocado Joan Antoni Ramonell, alcalde de Montuïri con un papel de intermediario decisivo en su partido, así como su sucesor Gabriel Matas, que es el esposo de la exconsellera Núria Riera relegada el 28M a las listas del Consell de Mallorca. Otro antiguo primer edil, Antoni del Olmo de Santa Margalida, cerraba la nómina de altos cargos. La lista de comensales se completaba con Jaume Català, exregidor de Vilafranca.

No es exagerado decir que las noticias sobre la comida y la existencia de imágenes de la misma ha corrido como un reguero de pólvora en los ambientes políticos preelectorales. La barba cana de Matas supone un cambio notable de su aspecto físico, y es la segunda ocasión en que Rodríguez protagoniza un almuerzo estelar de precampaña. Presidió un ágape anterior con asistencia de Marga Prohens y de la actual cúpula del PP, en lo que marcaba la preeminencia del rodriguismo en la confección de las listas, según se comprobaba por la aplicación de la candidata al tomar notas de su mentor.

Los asistentes a la comida del Mar y Paz degustaron una de las especialidades de la casa, el bogavante con huevos fritos. El presidente con numerosas condenas por corrupción y el condenado por el caso Over compartieron banquillo en el último de los escándalos citados, que llevó a la cárcel al exconseller Rodríguez. El restaurante de Can Picafort fue noticia por el derribo de su piscina en primera línea de costa, tras más de medio siglo en funcionamiento.