Begudes Puig: producto local, envase retornable y reparto a domicilio

La fórmula de la empresa mallorquina responde a parámetros de antaño. Conjugando tradición y modernidad, y a través de cuatro generaciones, la compañía se aproxima a su centenario

Julià Puig Miquel y su padre, Julià Puig  Mòjer, defienden a capa y espada el model o de negocio de la empresa.

Julià Puig Miquel y su padre, Julià Puig Mòjer, defienden a capa y espada el model o de negocio de la empresa. / B. Ramon

Toni Traveria

“Nosotros no innovamos. Simplemente hacemos lo que se ha hecho siempre, de modo que hemos roto con la tendencia que consistía en trabajar con plásticos, con envases de lata, y, por tanto, en generar residuos. Nosotros lo que hacemos es reutilizar todo lo que podemos. Esto es algo de siempre que, sin embargo, puede parecer moderno desde la mirada del hoy”. Así se expresa Julià Puig Mòjer, tercera generación familiar de la empresa mallorquina Begudes Puig, creada en 1927 en Llucmajor e instalada en Palma desde 2007. A día de hoy, Julià Puig Miquel (cuarta generación) es quien, con solo 30 años, dirige el negocio. En base a su forma de trabajar, en 2017 se puso en marcha la campaña publicitaria ‘Mallorquinament’. El pasado ejercicio se cerró con una producción de 600.000 botellas y una facturación aproximada de 550.000 euros.

Desde sus inicios, Begudes Puig produce sus propias bebidas y, como se hacía en tiempos pretéritos, las distribuye a domicilio... en envases de vidrio retornable. Se puede asegurar, en este sentido, que la empresa ha remado (y rema) contracorriente, pero con total seguridad y confianza en su apuesta y en su modelo de negocio, que se sustenta en tres ejes: producto local de calidad, envase de vidrio retornable y reparto a domicilio. “Cuando muchas empresas se decantaron por el plástico como ‘locos’ -explica Julià Puig Miquel-, tanto mi abuelo como mi padre defendieron el vidrio retornable por encima de todo”.

Julià Puig Mòjer se muestra igualmente contundente en esta decisión estratégica de la empresa. “El vidrio como recipiente de nuestras bebidas es una cuestión irreversible e innegociable para Begudes Puig. Parte importante de nuestra inversión va destinada a reforzar el capítulo de envases retornables. Entre una botella que se emplea una sola vez y otra que se emplea 30 años hay una gran diferencia. Estamos segurísimos y convencidísimos de nuestro modelo de negocio”. La apuesta firme y convencida por el envase de vidrio supone no pocas renuncias. Puig Miquel, a título de ejemplo, expone una de ellas: “Una cadena de supermercados nos ha dicho que comprará nuestras bebidas cuando se las sirvamos en envases de plástico. Increíble, pero cierto. Me quedé helado al escucharlo”.

Siempre desde la base de la no renuncia a los orígenes y de mantener la tradición casi centenaria de la empresa, es obvio que siempre puede haber distintos enfoques en la manera de dirigir una compañía. Así, mientras Julià Puig Mòjer asegura: “Producimos lo que demanda el mercado, intentando -eso sí- mejorar los productos en la medida de lo posible”, su hijo, Julià Puig Miquel, afirma: “En los últimos meses, estamos trabajando en un proyecto para incorporar en el mercado un producto que aún no existe y que puede ser un bombazo el próximo año”. En esta misma línea, cabe señalar que la producción de Begudes Puig ha ido diversificando sus productos. “En dos años hemos introducido en el mercado bebidas de lima, cola, cola 0, soda, tónica, ginger beer, deportiva, té... y hemos creado el formato de 20 centilitros”, advierte Puig Miquel.

Competir con grandes marcas multinacionales

De alguna forma, desde su singularidad y su arraigo al pasado y a la tradición, la lucha de Begudes Puig con las grandes multinacionales del sector (no sólo en lo relativo a la producción de bebidas, sino también en cuanto a la distribución) encarna la ‘batalla’ de David contra Goliat, del pequeño ante el gigante. Julià Puig Mòjer refiere que, con la gran penetración de las grandes marcas multinacionales en la Mallorca desde mediados de los años cincuenta, el centenar de empresas locales de producción de bebidas (de gaseosa, sobre todo) quedaron reducidas a media docena: casi todas pasaron a ser distribuidoras de Pepsi y Coca Cola. Una de las que resistieron en embate fue Begudes Puig. “Nosotros crecimos mucho en esa etapa, al absorber la producción de otras empresas del ramo. O bien nos quedábamos con los trabajadores de la empresa absorbida; fue el caso de Beba Salud, Productos Monserrat o Miret, cuya fábrica estaba en el local dónde nos hallamos ahora nosotros”.

El crecimiento de Begudes Puig en esa etapa fue tal que, en 2003, la empresa llegó a tener un centenar de trabajadores, “entre fábrica, reparto domiciliario y distribución”. En la actualidad, la empresa tiene en plantilla 12 trabajadores, entre los cuales tres empleados en situación de riesgo de exclusión social. “Generar beneficios es importante, claro que sí. Pero no menos importante es realizar, hasta dónde podamos, acciones que contribuyan al bienestar de nuestra sociedad, de nuestro entorno más próximo”, sentencia Julià Puig Miquel.

En cuanto al reparto de las bebidas, Begudes Puig también tiene la competencia de grandes plataformas. “En ese campo, competimos con Amazon, Glovo y grandes grupos de supermercados. Pero el punto diferencial en nuestro caso es la proximidad, el trato con el cliente y el hecho de seguir con la tradición”, asevera el miembro de la cuarta generación de los Puig.

Por otra parte, añade: “Competimos ofreciendo un producto espectacularmente bueno, un producto que habla por sí mismo de su calidad. Ése es un factor prioritario. Por otra parte, el hecho de ser una empresa casi centenaria, que la gente conoce y quiere, es otro parámetro importante: muchos clientes recuerdan a sus abuelos y abuelas en relación con Begudes Puig. El tercer pilar importante diría que es el equipo de marketing, que está trabajando muy bien, junto al resto de trabajadores”. “El equipo humano es el gran valor de la empresa”, agrega su padre.

Padre e hijo otorgan un papel fundamental en el presente y el futuro de la empresa a la construcción de la nueva fábrica, que se puso en marcha en noviembre de 2020; es decir, en un momento sumamente complicado para todo el mundo y, claro está, también para las empresas. “Tuvimos que adquirir maquinaria a través de intermediarios, sin haberla visto nosotros directamente, pero no nos quedaba otra. Lo cierto, en cualquier caso, es que la nueva fábrica nos permite trabajar del modo que lo hemos hecho toda la vida, con un control muy preciso y riguroso de nuestras producciones, lo cual también nos facilita el crecimiento y, como decía, el desarrollo de nuestros productos”, subraya Puig Miquel.

Hace 50 años, señala Puig Mòjer, se produjo otro punto de inflexión muy importante en la historia de la empresa fue el traslado del centro de Llucmajor a las afueras del propio municipio. “Ese cambio se produjo en 1973 y nos permitió ampliar nuestras instalaciones de un modo espectacular: pasamos de 350 m2a 2.000 m2”.

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Apasionado con su trabajo al frente de la empresa familiar y totalmente comprometido con la causa, Julià Puig Miquel habla de retos. “Me gustaría que Begudes Puig se convirtiera en empresa de referencia en cuanto a bebidas refrescantes no sólo en Mallorca sino en toda Baleares y en la península. De hecho, en las próximas semanas empezamos a trabajar con un nuevo distribuidor para Cataluña. Queremos demostrar que podemos vender bebidas en vidrio, y en vidrio retornable, a diferencia de las marcas más conocidas, que se decantan por el envase de plástico. Es decir, reafirmar también nuestra apuesta sostenible y ecológica”. 

En todo caso, Puig Miquel no deja de prestar atención a los comentarios y consejos de su progenitor, a quien admira personal y profesionalmente. “La principal lección que he aprendido de él, en la empresa y en la vida, es no rendirse sino siempre seguir hacia adelante. Él siempre dice que con trabajo, todo sale. Para mí, sin duda es un referente en cuanto a lucha. En 2001 le fue diagnosticada esclerosis múltiple, pero a pesar de ello y de los médicos, que le dijeron siempre que tenía que descansar, 22 años después, él sigue motivado, hasta el punto de proponerme montar la nueva fábrica en 2018. Es digno de toda admiración”.

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