Trámites en la Administración

El mercadeo de citas previas persiste: "Por 30 euros te saco hora mañana en el Sepe"

Internautas ofrecen reservas para atenciones presenciales a través de plataformas como Milanuncios o Wallapop

Una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). / Jesús Hellín / EP

Gabriel Ubieto

El mercadeo de citas previas en los servicios públicos persiste pese a los intentos de la Administración de poner coto a esta práctica ilegal. A través de grupos en redes sociales como Facebook o en portales de venta de productos de segunda mano, como Milanuncios Wallapop, pululan las ofertas para quien tiene una urgencia y necesita acceder a la primera franja disponible para ser atendido en el Sepe o la Seguridad Social

"Se sacan citas SEPE urgente área de Barcelona", publicita en Milanuncios un usuario. "Hola, ¿cómo funciona esto?". "Si me dices para qué parte la quieres te saco la cita. Y te paso el PDF y luego me la pagas. ¿Qué día la quieres?". Así comienza una conversación por whatsapp para comprar una cita para tramitar la prestación por desempleo. Los datos a intercambiar son pocos: DNI, nombre del interesado y municipio donde quiere ser atendido. 

La promesa es una hora que aplaque la frustración que genera llenar el formulario online en la página web del Sepe y que salga el mensaje “En estos momentos no podemos ofrecerle citas en la oficina seleccionada. Visite la sede electrónica para sus gestiones”. Y el pago que cobra este intermediario son 30 euros, si bien otros lo hacen por 15 euros o llegan a cobrar 50 euros.

El mercadeo de citas para administraciones como el Sepe o la Tesorería General de la Seguridad Social se acentuó especialmente en los primeros compases de la pandemia, cuando las restricciones sanitarias provocaron que gran parte de los servicios públicos exigieran como requisito indispensable una reserva previa para ser atendidos. Ahí brotaron los intermediarios, que mediante sistemas automatizados bloqueaban franjas horarias y luego las revendían por cauces ilegales. 

Conversación en Milanuncios para comprar una cita en el Sepe.

Conversación en Milanuncios para comprar una cita en el Sepe. / EPC

El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Antón Costas, alertó de ello el verano pasado y el entonces ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, hoy de Transformación Digital y Función Pública, reconoció que alrededor del 1% de las citas las cazaban “robots” para su posterior comercialización.  

En mayo del 2023 la Policía Nacional desarticuló una red dedicada a este mercadeo. Vendían citas para extranjería entre 30 y 200 euros. Un total de 94 personas fueron detenidas como presuntas involucradas en la organización criminal, 69 de las cuales fueron arrestadas y otras 25 investigadas.

El negocio de los papeles de extranjería

La reventa de citas previas puede parecer menudeo en comparación al negocio que hacen algunos abogados con la promesa de una cita para ser atendido en las oficinas de extranjería y poder así tramitar los papeles de residencia. Jorge (nombre ficticio para preservar su anonimato) llegó hace unos meses de Latinoamérica para asentarse en Barcelona. Está cursando estudios, un conocido le habló del arraigo por formación y se puso a buscar información para ver si podía obtener un permiso de trabajo para ganarse un sustento. 

A través de un amigo de su padre se puso en contacto con una abogada que le prometía la asesoría, las tasas y solventarle todos los trámites por 350 euros. “Al principio dudé, pero el amigo de la familia aseguraba que a él se lo había solucionado todo muy bien y acabé aceptando”, comenta. Fue avanzando el dinero para pagar los supuestos trámites con la administración, pero su caso no avanzaba, según cuenta. 

Pasaron las semanas y los correos que intercambiaba con la asistenta de la abogada se fueron espaciando cada vez más en el tiempo. Hasta el punto que la propia letrada le llamó y le reconoció que no veía factible conseguirle el permiso de trabajo. De repente ese amigo de la familia dejó de responder también los mensajes. La letrada prometió a finales de febrero devolverle a Jorge el dinero, “pero todavía no he recibido nada”, cuenta. "Estoy viendo cómo denunciarla, no quiero que lo que me pasó a mí le pase a nadie más", añade.  

Jorge acudió a la oenegé T'Acompanyem para compartir su caso entre otras personas como él, sin empleo y que solo buscan ganarse un sueldo con el que vivir dignamente. Allí escuchó presuntas estafas más graves que las suyas. "Hay gente que explica que abogados les han llegado a cobrar 1.000 euros para nada", cuenta. En esta entidad, sin ánimo de lucro y que lleva más de 10 años ayudando a todo aquel vecino que acuda a encontrar empleo, dan asesorías gratuitas y ofrecen un lugar común donde ayudarse unos a otros.

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