Eurostat

Bruselas afirma que el precio de la luz en España en la primera mitad de 2023 fue el más barato de los últimos 13 años

En concreto, se cifra en 18,23 céntimos por kilovatio-hora y es un 76% inferior al precio promedio del año anterior, el más alto de la serie histórica

Pedro Sánchez y Teresa Ribera en una sesión de control al Gobierno en el Senado en mayo de este año.

Pedro Sánchez y Teresa Ribera en una sesión de control al Gobierno en el Senado en mayo de este año. / José Luis Roca

Sara Ledo

Al contrario de lo que la sensación general podría sugerir, los hogares españoles han pagado en la primera mitad de este año el recibo de la luz más barato de los últimos trece años, según Eurostat. La oficina estadística de la Comisión Europea, que recoge de forma bianual los precios que facturan las eléctricas a sus clientes en cada país, afirma que el precio final (impuestos incluidos) al que pagaron los hogares españoles la electricidad entre enero y julio de este año fue un 76% inferior al precio promedio del año anterior, el más alto del histórico debido a la crisis derivada de la guerra de Ucrania, y un 24,4% más barato que el del año 2020, cuando la pandemia del coronavirus hundió la demanda.

El precio en cuestión se cifra en 18,23 céntimos por kilovatio-hora (kWh) y hace referencia a un usuario medio con un consumo de entre 2.500 y 4.999 kWh. El experto independiente en factura eléctrica, Francisco Valverde, atribuye el "milagro" a las ayudas del Gobierno en la factura de la luz, a través de la rebaja de los impuestos --el IVA se ha reducido del 21% al 5%, el Impuesto Especial sobre la Electricidad, del 5% al 0,5% y el impuesto del 7% sobre la generación eléctrica, que grava a la producción pero se repercute en las facturas, se ha suspendido-- a lo que Eurostat añade, en unos sucintos apuntes sobre la situación en España, "la rebaja de los cargos eléctricos durante este año, en comparación con los del año anterior".

La metodología de la oficina estadística europea parte de información recopilada por las compañías eléctricas en una suerte de plantilla (número de clientes, capacidad, energía suministrada facturada para el periodo de referencia y precios) que recoge el Ministerio para la Transición Ecológica y traslada al organismo europeo. La propia aplicación realiza varios chequeos para comprobar que la información es coherente con la del año anterior (por ejemplo, en términos de magnitud que no se introducen kWh en vez de MWh o viceversa o en cuanto a los precios al ver la evolución del mismo proveedor en periodos consecutivos) y si no, requiere información adicional.

La 'homóloga' española de Eurostat, el Instituto Nacional de Estadística (INE) también recoge los precios de la electricidad, a través del índice de precios de la electricidad, que publica mensualmente. Pero en este caso, los datos revelan que, al menos, en el año 2020 y 2016 el precio de la luz ha sido más bajo que el de los primeros meses de este año. No obstante, el INE cambió la fórmula de cálculo para medir el precio de la luz en el IPC a principios de este año para añadir, a los precios del mercado regulado, que eran los que se utilizaban hasta ahora, los precios en el mercado libre "para representar adecuadamente la evolución de los precios del sector", según anunció el organismo estadístico. Si habitualmente el precio regulado solía ser el más barato, en 2022 ocurrió lo contrario por su vinculación directa con el mercado marginalista, mientras las tarifas libres se pudieron contener.

Además de la enorme rebaja de costes fijos, en los seis primeros meses del año el precio sin impuestos fue también más barato al se situarse en 15,34 euros por kWh, un 48% inferior al semestre anterior, pero un 12,9% más caro que el del primer semestre de 2021. Valverde explica que esta evolución coincide con el "comportamiento del mercado mayorista, que salvo en febrero, tuvo un primer semestre bastante aceptable" a diferencia del año 2022, según Valverde.

El resto de países

En esa depresión de precios mayoristas de este año no afecta el mecanismo ibérico, que puso un límite al precio del gas que se utiliza para generar electricidad a fin de evitar la presión de Rusia sobre el precio del gas en la factura de la luz, porque desde mediados de febrero no se utiliza porque el precio del gas es inferior a esa referencia. De hecho, en 2022 los hogares españoles pagasen un 20% más por la luz que la media europea, aunque ahora esa situación se revierte y en los primeros meses de 2023 han pagado un 58% menos. Según explica el brazo estadístico de la Comisión Europea, muchos países han ido retirando sus medidas de apoyo, mientras que España las mantiene (principalmente focalizadas en "impuestos, tasas y cargos"), al menos de momento.

Francia tuvo el año pasado un precio antes de impuestos un 40% más barato que España y en lo que va de año es un 23% más caro

Y en este caso la comparación con otros países es más realista al evitar conceptos como el coste de la red o el déficit de tarifa. Así, si en 2022 la luz fue casi un 27,8% más cara en España que la media europea, en los primeros meses de 2023 fue un 34% más barata. Esto se explica "porque en Europa se han actualizado al alza después de la crisis del 2022", según Valverde. Es decir, el resto de países europeos sufren ahora ('en diferido') el impacto de la subida de precios del año pasado. Por ejemplo, Francia tuvo de media el año pasado un precio (antes de impuestos) un 40% más barato que España y en lo que va de año es un 23% más caro.

El gas y la industria

También para el gas Bruselas revela precios más bajos que los de la media europea en los primeros seis meses de 2023 (10,21% menos en el caso del precio con impuestos y un 8,1% en la comparación sin impuestos), después de un 2022 con niveles por encima del promedio de los Veintisiete. Y lo mismo ocurre con la industria, que tanto sus facturas de gas (del 24,6%), como de luz (una diferencia del 70,5%) son más baratas, siempre según Eurostat. En este último caso, en la comparación con los dos principales competidores industriales, Francia y Alemania, también gana España con diferencias del 51% y del 41%, respectivamente.

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