Energía

Un año del plan de ahorro: cumplimiento bajo, inspecciones nulas, pero objetivo conseguido

La vigilancia del plan y las posibles sanciones le corresponden a las comunidades autónomas

Un año del plan de ahorro: cumplimiento bajo, inspecciones nulas, pero objetivo conseguido.

Un año del plan de ahorro: cumplimiento bajo, inspecciones nulas, pero objetivo conseguido.

Sara Ledo

Más concienciación que cumplimiento, inspecciones nulas, pero objetivo conseguido, según el Gobierno. A grandes rasgos esa sería la evaluación del plan de ahorro energético puesto en marcha por el Gobierno a principios de agosto del año pasado para encarar la crisis energética, que disparó el precio del gas y la electricidad a máximos históricos. Limitar el aire acondicionado a un mínimo de los 27 grados y no subir la calefacción más allá de los 19, apagar la luz a partir de la 10 de la noche y tener puertas cerradas o realizar una revisión obligatoria de las calderas eran las 'polémicas' medidas. Desde entonces, el consumo de electricidad se ha reducido el 6,7% respecto a la media de los últimos cinco años, mientras que el consumo de gas ha cedido un 10,4%, según cálculos de EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, a partir de los datos de Red Eléctrica y Enagás.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica calculó el pasado verano que esas medidas supondrían una reducción de la demanda de gas de entre el 4% y el 5%, que era la mitad del 7% establecido para España en caso de emergencia. En octubre afirmó que habían conseguido reducir el 3,4%. Hoy su departamento se limita a afirmar que el ahorro energético en general ha sido muy superior al que se necesitaba. Ellos cuantifican que la reducción de gas fue en los primeros seis meses del 21%, al excluir de los cálculos las cantidades utilizadas para la exportación de electricidad, y en adelante del 18%.

A partir de octubre, además, a esas medidas se sumaron 73 más, entre las que se incluían algunas ya vigentes entonces, como la rebaja de la factura de la luz y el gas, otras nuevas como incentivos fiscales para estimular la sustitución del uso de combustibles fósiles o el impulso del autoconsumo, y otras de largo plazo como la construcción de un hidroducto (entonces llamado MidCat, ahora BarMar). De esta forma, el dato más cercano para medir el efecto del plan de agosto podría ser el del consumo de electricidad del comercio al por menor, que paradójicamente fue el sector que más incrementó su consumo en el año móvil que va de julio 2022 a junio 2023 (son los últimos datos existentes), hasta el 15,3%, según Red Eléctrica.

En cualquier caso, un paseo por las principales arterias comerciales este mes de agosto delata a la mayoría de tiendas, con sus puertas abiertas y el aire acondicionado puesto. El presidente de la patronal textil AcotexEduardo Zamacola, reconoce que la medida "dio el susto al principio, pero no ha tenido ningún efecto porque la competencia era regional y ha habido absoluta laxitud". "No conozco ni un solo caso de multa", explica Zamacola, antes de aceptar que "es imposible tener una tienda a 27 grados con este calor e igual en invierno a 19 grados" y que muchos comercios tampoco apagaban "las luces de los escaparates a partir de las 10 de la noche y quienes sí las apagaron los primeros meses, luego dejaron de hacerlo".

Coincide con el representante del textil, el presidente de los hosteleros (Hostelería de España), José Luis Yzuel, quien afirma que "nadie ha inspeccionado nada", aunque "el efecto positivo" cree que ha sido "la concienciación de que se puede tener las temperaturas más altas en verano y más bajas en invierno". "La realidad de cada empresa es un mundo y al final lo que se busca es el confort del cliente. Es posible que en algunos centros oficiales sí se hayan cumplido las medidas, pero de manera general es muy difícil si nadie te exige que lo hagas", reconoce.

La vigilancia del plan y las posibles sanciones le corresponden a las comunidades autónomas. En el caso de la Generalitat de Cataluña aseguran que sí se han hecho inspecciones, no tanto con ánimo de penalizar a los locales, pero sí para hacer pedagogía. Sin embargo, añaden, las multas, si las hay, se impondrán a partir de este miércoles 9 de agosto, al cumnplirse un año de la entrada en vigor de la norma, informa Agustí Sala. Desde la patronal del comercio de proximidad de Barcelona, Barcelona Comerç, afirman que la "mayoría" de pequeñas tiendas de la capital catalana ha cumplido y añaden que son locales que llevan un "control muy estricto del consumo" porque el coste eléctrico supone una parte importante de los costes totales. "La mayoría han cumplido en el tema puertas y aire acondicionado", confirma su presidente Pròsper Puig.

La industria como motor

"No hay manera de calibrar a qué corresponde esa menor demanda. Hay una parte que tiene que ver con la eficiencia, pero también con el autoconsumo y los altos precios, además en algunas industrias se empieza a ver una caída de los pedidos", reconoce el analista de mercados energéticos del grupo ASE, Leo Gago. En el caso de las empresas electrointensivas "es complicado que se recupere" el consumo porque "viene con mucha inercia", afirma el presidente de la patronal electrointensiva AEGE, Pedro González. "Esperamos que ayude el tirón de la economía español, pero no será con estos precios", añade el dirigente, quien pide "esquemas de ayuda parecidos a los de países vecinos" como Francia, donde tienen una tarifa regulada.

En el caso del gas, la situación es similar. En un informe publicado hace una semana, el Banco de España afirmaba que las empresas intensivas en el consumo de gas habrían aplicado medidas “estructurales”, como es la mejora de la eficiencia energética (78 %) y la inversión en energías renovables (59 %), lo cual apuntaría a una reducción “estructural” de la demanda de gas por unidad de producto, mientras las paradas de producción (11 %) o la sustitución de producción por inputs importados (5 %), tuvieron menor alcance.

La patronal Gasindustrial niega la mayor y afirma que en la industria manufacturera no hay un sustituto para el gas “hasta que no llegue el biogás, el biometano o el hidrógeno verde”, más allá de los cambios de sectores como el refino que han dado la vuelta a su proceso productivo de forma temporal con combustibles no más eficientes, sino más baratos. Su presidenta, Verónica Riviere, defiende que la reducción de la demanda se debe a una menor competitividad y a la destrucción de la actividad por los percios tan altos. En los últimos meses, el consumo de gas de estas industrias sigue, igual que en el caso eléctrico, estancado –todavía un 19% por debajo de 2019-- porque “no hay pedidos”, añade Rivière.

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