Aunque Zapatero pueda parecer ya un líder mundial consolidado, que habla por teléfono con Barack Obama y ha conseguido silla en la próxima cumbre internacional de Washington, el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, ha intentado bajarle de nivel: "No sólo se vive del G-20", le advirtió ayer.

Con el hemiciclo bien lleno, el jefe del Ejecutivo acudió a la sesión de control de la Cámara Alta poco antes de su cita en el Congreso con el líder del PP, Mariano Rajoy, dentro de la ronda preparatoria del viaje que emprenderá rumbo a Washington.

La pregunta que García Escudero le tenía reservada se refería, una vez más, al desempleo, más concretamente al "brutal" aumento del paro alcanzado en octubre, con la intención de saber si el presidente sigue atribuyendo este problema a la crisis financiera internacional. "Sí, sin duda", fue su escueta contestación, que los senadores socialistas acogieron con una ovación y carcajadas. A partir de ahí, García Escudero fue desgranando aquellos aspectos de la crisis traducidos en pérdida de puestos de trabajo -"cuatro nuevos parados por minuto, algo escalofriante", alertó- o en la debacle de las cifras macroeconómicas.

Así, dentro de su argumentación, fue dejando sus "recados" al presidente: "Somos los líderes mundiales en destrucción de empleo", "Seguimos siendo líderes mundiales en déficit exterior". Y para rematar: "No sólo se vive del G-20, céntrese también en el G-3 millones", pidió a su interlocutor, para remarcar la cifra de parados que el PP tiene por seguro que llegará a final de año. Según él, esta crisis ya le pertenece al jefe del Gobierno por no haber hecho nada en cuatro años y tiene algo que ver con el mensaje final que lanzó a los españoles en el debate ´cara a cara´ que Zapatero mantuvo con Rajoy durante la última campaña electoral.

"Hoy hay 2.818.0326 parados que ya empiezan a entender el significado de aquellas palabras crípticas de ´buenas noches, mucha suerte´, ha señalado el portavoz del PP. Lo que en realidad dijo entonces Zapatero fue "Buenas noches y buena suerte", emulando la despedida de las crónicas radiofónicas semanales del periodista estadounidense Edward R. Murrow, una de las víctimas de la ´caza de brujas´ de McCarthy. Pero el jefe del Gobierno no se lo aclaró, y arrancó su réplica dejando patente que la principal enseñanza de la crisis ha sido el fracaso de las políticas neocon, amigas del PP, lo cual alegró a la bancada socialista. Después, entre interrupciones de senadores ´populares´, hizo hincapié en el compromiso del PSOE con quienes pierden el trabajo, hasta el punto de que el grado de protección por desempleo haya alcanzado la cota más alta de la historia. Zapatero defendió todas las medidas adoptadas para afrontar la crisis, el diálogo con los sindicatos y las iniciativas destinadas a atender a los parados, como la demora en el pago de hipotecas. Para concluir, Zapatero no pudo evitar repetir una de sus muletillas preferidas en sus debates con el PP, al recordarle su "decretazo"; hubo ovación socialista, pero también se escucharon abucheos antes de que dejara el escaño.