Fútbol internacional

La aventura de Albert Riera en el Olimpija de Ljubljana llega a su fin

El club esloveno no renueva al entrenador mallorquín a pesar de haber conquistado la Liga y la Copa y ser reconocido como el mejor entrenador

Riera, durante un partido al frente del Olimpija de Ljubljana

Riera, durante un partido al frente del Olimpija de Ljubljana / @11riera11

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Comenzó mal y acaba peor. La etapa del entrenador mallorquín y exfutbolista del Real Mallorca Albert Riera al frente del Olimpija de Ljubljana ha llegado a su fin tras decidir la entidad no renovar su contrato. Una decisión sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta que con el manacorí a los mandos este año han conquistado la Liga y la Copa.

Fue el propio Albert Riera quien, en una gala en la que fue reconocido como el mejor entrenador del fútbol esloveno, desveló que no seguiría dirigiendo a los Dragones. "Lamentablemente no tendré tiempo para aprender esloveno, porque me estoy despidiendo. Disfruté mucho trabajar aquí, con buenos resultados es aún más fácil. Trabajar con este grupo de jugadores fue una gran recompensa", explicó en unas declaraciones recogidas por el medio local Sportklub.

Su llegada a uno de los clubes históricos del fútbol esloveno ya estuvo marcado por un episodio vergonzoso. En su presentación como nuevo entrenador tuvo que soportar como cerca de una veintena de radicales del equipo, conocidos como los ‘Green Dragons’, irrumpieron en la sala de prensa, la mayoría de ellos encapuchados, intimidando a los presentes y vertiendo amenazas e insultos sobre la propiedad, con la cual están enfrentados, y sobre él.

Un ultra señala con el dedo a Riera.

Un ultra señala con el dedo a Riera. / Ekipa/Martín Metelko

Pese a todo, los resultados fueron llegando y la opinión cambió sobre él. "El fútbol es un negocio. Recuerda que cuando vine aquí dije que si no había resultados sería el primero en hacer las maletas y volver a casa. Creí que podía mejorar a los jugadores, mejorar al equipo... Ese fue mi mensaje. No prometí éxitos, victorias y puntos, solo prometí trabajo duro, con pasión, profesionalismo. Los jugadores respondieron a mis indicaciones, que es lo más importante, pero yo no soy el dueño del club, soy un simple entrenador. Sé lo que puedo controlar como entrenador. Esto funcionó para mí todo el año. No permití que nadie interfiriera en mis decisiones", apuntó.

En un contexto complicado para el técnico mallorquín, Albert Riera supo tomar las riendas del equipo y consiguió latan ansiada comunión entre la plantilla y la afición del club. El entrenador supo convencer a su plantilla sobre la idea de juego y los resultados no han tardado en llegar. Y a mediados de abril, venciendo al Maribor, rival directo, se hizo con el título de Liga con cinco jornadas aún por disputarse. Más tarde lograría la Copa, consiguiendo el doblete.

En busca de un nuevo equipo

Riera, que se despedirá este fin de semana del equipo y de la afición en el último partido de Liga ante el NK Celje, dejó claro que en su próximo trabajo se fijará en que haya un proyecto en el que todos vayan de la mano. "Fue una buena experiencia para mí. En el próximo trabajo, en el próximo club, estaré más pendiente del proyecto para que todos luchemos por lo mismo, porque es muy importante mantener una buena relación".