La vela balear ya piensa en París 2024. El nuevo ciclo olímpico será más corto de lo habitual y, aunque todavía sigue estando muy presente el éxito de los regatistas de Baleares en Tokio, con la medalla de bronce del menorquín Joan Cardona en Finn y el diploma de la mallorquina Paula Barceló en 49er FX, empiezan a esbozarse algunos equipos que quieren estar en la lucha por acceder a la selección nacional.

Uno de ellos es el formado por María Bover Guerrero (Palma, 23 años) y Pablo García Cranfield (Las Palmas, 21 años), tripulación que se acaba de proclamar campeona nacional de la clase olímpica 470 mixto. Este triunfo, obtenido en Barcelona merced a la victoria en todas las mangas disputadas menos una, hace que la patrona del Real Club Náutico de Palma y el tripulante del Real Club Náutico de Gran Canaria alberguen algo más que simples esperanzas para, de momento, entrar en el equipo preolímpico y, más adelante, quién sabe, participar en los Juegos de París, los primeros donde el 470 estará tripulado por una mujer y un hombre.

Ambos confiesan que quieren ir paso a paso, sin obsesionarse, pero no niegan que su objetivo es la cita olímpica. Hace poco que navegan juntos, aunque se conocen desde los tiempos en que ambos regateaban en la clase Optimist y coincidían en los campeonatos nacionales e internacionales. El debut triunfal en Barcelona invita inevitablemente al optimismo, aunque los dos insisten en que el nivel del 470 en España es muy alto y hay que «tener los pies en el suelo». Pedro Marí, director técnico de vela del Real Club Náutico de Palma, uno de los hombres tras el éxito de Joan Cardona, afirma que, si bien queda mucho trabajo por hacer, «aquí hay madera de la buena».

«Los dos llevamos un tiempo en la clase 470 y estábamos buscando compañero. Decidimos montar el equipo, entrenamos unos cuantos días y fuimos al campeonato de España sin demasiadas expectativas, pero en seguida vimos que nos compenetramos muy bien», explica María Bover, quien ya tiene marcada en su calendario la primera meta volante de la travesía: «Tenemos que llegar al próximo Princesa Sofía (marzo de 2022) en buena forma, dado que allí se decidirá quiénes forman el equipo preolímpico».

Pablo García se siente optimista porque, a su juicio, la tripulación tiene dos de los ingredientes básicos para el éxito: «Como ha dicho María, nos compenetramos y somos muy competitivos. Queremos ponernos a un nivel muy alto en poco tiempo y haremos lo que haga falta para llegar a tope al Sofía e intentar entrar en la selección preolímpica y, una vez allí, marcarnos nuestro siguiente objetivo».

María Bover no cree que el hecho de que uno viva en Mallorca y el otro Gran Canaria suponga ningún hándicap para la preparación. «La vela –señala– es un deporte en el que siempre estás viajando y entrenas muchas veces fuera de casa. Si tienes, por ejemplo, una competición en Italia, te vas allí varias semanas antes para prepararte y sales a navegar casi a diario». El equipo, añade Pablo, representará a los clubes náuticos de Palma y Gran Canaria, pero no tendrá una base fija: «En la vela es bueno entrenar en muchas partes distintas. A veces tendremos la base aquí (en Palma) y otras en Canarias». La patrona asume que, hasta que no se forme el equipo olímpico definitivo de 470 Mixto, «tocará moverse mucho».

La clase 470 es muy exigente tanto técnica como físicamente. Pablo admite que, en este momento, tienen una ligera carencia en lo segundo: «Hay bastante trabajo por delante, sobre todo para mí, que tengo que aumentar un poco de peso. Lo importante ahora mismo es que nos entendamos bien a bordo, tener el barco siempre a punto y que las cosas salgan bien de maniobra y de cabeza. Para el trabajo físico ya habrá tiempo. No me preocupa: sé que llegaremos».

A María tampoco le preocupa quién asumirá la dirección técnica del equipo. Los dos regatistas tienen la suerte de pertenecer a dos clubes «muy potentes», que están dispuestos a apoyarles en su proyecto. «En Palma –dice María- tenemos a Juan Fullana y a Pedro Marí, que navegaron en 470». «Por parte de mi club –añade Pablo– también tenemos a Aaron Sarmiento, que fue a dos Juegos Olímpicos. Tanto en Mallorca como en Gran Canaria hay entrenadores de un gran nivel».

María Bover es una de las regatistas más laureadas del Real Club Náutico de Palma en la última década. Fue medalla de bronce en el campeonato del mundo de Optimist de 2013, campeona del mundo de Team Racin de 420 en 2015 y fue elegida mejor deportista nacional en edad escolar en 2016, al conseguir el título nacional de la clase 420, el subcampeonato mundial femenino de la categoría y el triunfo en la Copa de España, al mismo tiempo que obtenía una media de 9,4 en sus estudios de Bachillerato.