Si el pasado lunes, solo un día después de que el Atlético Baleares certificara un año más su permanencia en Segunda B, todo hacía presagiar que Manix Mandiola debería volver a cambiar su empadronamiento, en las últimas horas los acontecimientos han dado un vuelco. El eibarrés y la entidad blanquiazul han acercado posturas y está casi cerrada su continuidad para la temporada que viene.

Hablando se entiende la gente. Desde el pasado lunes Mandiola ha mantenido hasta tres reuniones con el presidente y propietario del club, Ingo Volckmann, y con el director deportivo, Patrick Messow, tiempo que han aprovechado para acercar posturas. A lo largo de esta mañana tienen prevista una cuarta asamblea en la que es probable que se acabe de cerrar la contratación del técnico.

Las diferencias entre directiva y Mandiola se hicieron patentes casi desde la llegada del vasco a la isla. La titularidad de Aulestia volvió a convertirse en el foco de todos los problemas, pero los resultados empezaron a llegar a Son Malferit y la directiva del club dio su brazo a torcer y apostó por dejar al preparador de Eibar hasta el final del campeonato.

Durante la rueda de prensa posterior al partido en el que el Baleares certificó su salvación, Mandiola fue honesto. "Yo quiero quedarme, así que si el patrón me quiere, aquí seguiré. Aunque he de acalarar que para seguir es necesario que tengan en cuenta mi opinión para hacer un equipo que pueda estar arriba", señaló el preparador. La escasa docilidad del de Eibar era uno de los puntos que más preocupaba a la directiva balear, sin embargo, el vasco se había ganado en menos de tres meses todo el respeto y el cariño de la afición, un aspecto que invitó a la reflexión a Ingo y Messow.

Las posturas se han ido acercando día tras día y ayer fuentes del club aseguraban que el trato estaba hecho casi al 90%. Es muy probable que a lo largo del día de hoy el club blanquiazul anuncie la continuidad del vasco, la piedra angular sobre la que debe asentarse el proyecto del nuevo Atlético Baleares.