Navegar por la Segunda División B no es fácil; la competición es tan igualada como a veces traicionera y ni jugar bien te asegura ganar ni jugar mal significa perder, pero lo que sí está claro es que debes marcar un rumbo y según a la velocidad que vayas, el destino estará más cerca o más lejos. Es el caso de los dos equipos palmesanos de la categoría. El Real Mallorca ha puesto velocidad de crucero y el Atlético Baleares no acaba de arrancar. Los bermellones suman 22 puntos de los 24 posibles disputados mientras que los blanquiazules no ganan en casa y sus últimos cuatro partidos se saldan con tres empates y una derrota. Hay quien asegura que no perder es puntuar, pero al Atlético Baleares, llamado a estar arriba, empatar le perjudica y le penaliza.
El equipo de Armando De la Morena no da con la tecla; en ocasiones apela a la mala suerte, en otras al arbitraje, lo de algunos terrenos de juego cuela cada vez menos y lo cierto es que al equipo le cuesta un mundo ganar y quizá ya habría que pensar en otro tipo de argumentos más sólidos y más futbolísticos por los que este equipo no funciona como debiera o como a priori se creía. Por otro lado, del Mallorca se pensaba que como desconocedor de la categoría lo podría pasar mal. Y no lo ha pasado del todo bien pero lo ha pasado ganando, y así es más fácil, ganas en confianza y ahora ya gana con solvencia. El global de los tres últimos partidos es de 9 a 0 para los de Vicente Moreno, que sí saben a qué juegan y contra quién y dónde. El Mallorca aún no ha perdido y como visitante no ha encajado ningún gol en lo que va de temporada.
Sin duda, Mallorca y Atlético Baleares han comenzado la temporada -ya van ocho jornadas- a velocidades distintas, tanto que en 24 puntos disputados, el Mallorca ya le saca la mitad, 12, y eso que en el duelo particular se repartieron un punto cada uno en Son Malferit, allá por la tercera jornada de competición.